Presunto asesino en serie querí­a fundar iglesia de borrachos


Según las primeras investigaciones, Wild Bill no ocultaba su admiración a Adolf Hitler, y confiesa en cree que los blancos son mejores, y que los enfermos y otras razas deben morir. FOTO LA HORA: ARCHIVO

El estadounidense que se hací­a llamar «Wild Bill» (Salvaje Bill), acusado de matar al menos a cinco compatriotas suyos en Panamá, era un empresario turí­stico que no ocultaba su admiración por Adolf Hitler y que querí­a fundar una Iglesia de borrachos de la que serí­a el primer Papa.


William Datham Holbert querí­a fundar el primer templo de los ebrios en una cantidad, y él se autoproclamarí­a como el primer Papa de tal culto. FOTO LA HORA: ARCHIVOWilliam Datham Holbert, alias Wild Bill fue capturado esta semana. FOTO LA HORA: ARCHIVO

«Wild Bill» fue detenido junto a su mujer en Nicaragua el 26 de julio, luego de una cacerí­a por tres paí­ses centroamericanos, iniciada luego de que las autoridades panameñas encontraran los dos primeros cadáveres enterrados en su hotel, en el paradisí­aco archipiélago caribeño de Bocas del Toro.

Las autoridades sospechan que el estadounidense, cuyo nombre es William Datham Holbert, también asesinó a gente en otros paí­ses y les robó el dinero que le permitió hacer sus primeras inversiones cuando llegó a Panamá hace unos cuatro años.

Wild Bill, de 31 años, establecí­a amistad con extranjeros adinerados, a quienes les proponí­a comprarles inmuebles, pero luego los asesinaba y sepultaba en el jardí­n de su hotel «Villa Cortez», cuyo sí­mbolo tení­a una calavera, según las actas de acusación.

Luego inscribí­a a su nombre las propiedades de las ví­ctimas.

El usaba el nombre falso de William Adolfo Cortez Reese, pero todos lo llamaban con el apodo que él mismo se puso: Wild Bill.

«Ya sabemos que este señor es un racista que defiende la supremací­a de la raza blanca. í‰l piensa que los blancos son mejores y que los descendientes afroamericanos, negros o enfermos de cáncer o sida, por ejemplo, deben morirse», relató Donald Winner, un empresario turí­stico estadounidense establecido en Panamá.

Will Bill contaba a sus amigos que fundarí­a una iglesia, de la cual el serí­a el «primer Papa», dijo Winner, un oficial retirado del Ejército estadounidense.

«Estaba formando en su bar un tipo de Iglesia, el «Primer Templo de los Ebrios» y él supuestamente era el primer Papa. Este hombre buscaba activamente gente que podí­a manipular y dominar. Gente dócil», añadió.

Winner fue quien persuadió a las autoridades para que investigaran a Holbert, luego de que desapareciera la estadounidense Cheryl Linda Hughes, en marzo.

«La primera vez que me entero del caso fue el 29 de junio cuando unas personas que eran amigas de Cher se comunican conmigo para avisarme que habí­a unos casos de gente desaparecida en Bocas del Toro», relató.

Antes de desaparecer, Hughes iba a vender un inmueble en el archipiélago y viajar a Estados Unidos. Winner acudió al Registro Público de Panamá y comprobó que esta propiedad estaba ahora inscrita a nombre de William Cortez.

Entonces acudió a la Fiscalí­a para informar sus sospechas y escribió en su sitio de Internet que buscaba información sobre el paradero de Hughes.

Winner cree que Wild Bill vio este aviso y eso lo indujo a escapar con su mujer a Costa Rica, donde lograron burlar la persecución de la Policí­a.

El 26 de julio, la pareja robó una lancha en Costa Rica (tras arrojar por la borda al botero) e ingresó navegando por el rí­o San Juan a Nicaragua, donde fue detenida por una patrulla fronteriza.

Tres dí­as después Holbert y su mujer, Laura Michelle Reese, de 27 años, volvieron a Panamá esposados de pies y manos.

Cuando ingresaron a «Villa Cortez» los investigadores hallaron a una perra Doberman que no paraba de ladrar sobre un montí­culo en el jardí­n: excavaron y encontraron los primeros restos humanos, que resultaron ser de Hughes.

La perra, llamada Jackie, era la mascota de la ví­ctima.

Los investigadores hallaron en la casa una lata con dientes de oro, que pueden ser de las ví­ctimas. Wild Bill ha confesado que asesinó a cinco estadounidenses, pero ha negado responsabilidad en la desaparición de dos indí­genas que trabajaban para él, dijo la Fiscalí­a.

A la pareja se le acusa de haber matado a Hughes, a Bo Barry Icelar, además de Michael Brown, su esposa y un hijo.

Hasta ahora, «Wild Bill» ha rechazado a someterse a exámenes psiquiátricos.

«Se presentó por segunda vez (el viernes) a la evaluación psiquiátrica pero se negó» a colaborar, dijo Humberto Mas, director del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses.

SUCESOS A la cárcel


Un presunto asesino en serie estadounidense conocido como Wild Bill y su mujer, acusados de asesinar al menos a cinco personas en Panamá, fueron trasladados esta semana a prisiones, tras estar detenidos en un cuartel policial desde que fueran extraditados de Nicaragua.

La pareja está acusada de haber matado al menos a cinco estadounidenses, entre ellos una familia de tres miembros, para robarles sus propiedades, pero las autoridades sospechan que puede haber más ví­ctimas y que cometieron crí­menes en otros paí­ses.

Wild Bill (Salvaje Bill), de 31 años y cuyo nombre es Willam Datham Holert, fue llevado en una camioneta desde el cuartel de la Dirección de Investigación Judicial, donde estaba recluido, a declarar a la fiscalí­a y fue trasladado a la cárcel La Joya de la capital, dijeron fuentes policiales.

Por su parte, su mujer, la estadounidense Laura Michelle Reese, fue enviada en un vehí­culo policial al Centro de Rehabilitación Femenino, donde quedó recluida, agregaron las fuentes.

La pareja está acusada de matar y enterrar los cadáveres de sus ví­ctimas en «Villa Cortez», un complejo turí­stico de Holbert en la provincia atlántica de Bocas del Toro, cerca de la frontera con Costa Rica.

Cuando las autoridades comenzaron a investigar a la pareja, ésta huyó a Costa Rica, donde eludió la persecución policial, y luego escapó en una lancha robada hacia Nicaragua, donde fue detenida por soldados que custodiaban la frontera en la zona del rí­o San Juan, el 26 de julio.

Tres dí­as después Wild Bill y su mujer fueron entregados a Panamá, donde ambos enfrentan cargos por homicidio.

A la pareja se le acusa de haber matado a los estadounidenses Cheryl Linda Hughes, Bo Barry Icelar, además de Michael Brown, su esposa y un hijo, cuyos restos fueron encontrados en la finca.

Wild Bill establecí­a amistad con extranjeros adinerados, a quienes les proponí­a comprarles inmuebles, pero luego los asesinaba y sepultaba en el jardí­n de su hotel «Villa Cortez», según las actas de acusación.

Luego inscribí­a a su nombre las propiedades de las ví­ctimas.

El usaba en Panamá el nombre falso de William Adolfo Cortez Reese, pero todos lo llamaban con el apodo que él mismo se puso: «Wild Bill».

Las autoridades sospechan que también asesinó a dos indí­genas que trabajaban para él y están desaparecidos, pero él lo ha negado, aunque confesó haber matado a los cinco estadounidenses.

El detenido confesó además que ordenaba a sus empleados a cavar hoyos para enterrar la basura, pero que luego utilizaba para sepultar los cadáveres, según la Policí­a.