Como los abogados son la novedad estos días, a causa de las comisiones de postulación y la elección de magistrados de las Cortes, un lector me envió dos historietas que protagonizan sendos supuestos togados.
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Q- El jefe de una banda criminal tenía de contador a un sordo, pues como no podía oír ni decir nada en absoluto, aquél creía que en caso de ser descubierto no podría actuar de testigo. Pero el contable se apropió de Q2 millones, y cuando el forajido se entera, lo localiza, acompañándose de un gí¼izache de su confianza porque conoce el lenguaje de las señas de los sordos, y quien, mediante gestos, Â le dice al contador: -Pregunta el señor Malacara dónde está el dinero que te llevaste. El aludido, también por medio de señas, replica: -Yo no sé de qué hablan.
El tinterillo le traduce la respuesta al cabecilla de la banda, quien con una escuadra apuntando a la cabeza del sordo le grita: -¡Preguntále de nuevo! El gí¼izache, siempre por medio de gestos, le indica: -El jefe te va a matar si no le decís dónde esta el dinero. El sujeto responde con señas: -Está en una valija de cuero enterrada en el jardín de mi primo Romualdo, en su casa de Mixco.
El facineroso le pregunta al picapleitos: -¿Qué dice? El rábula responde: -Que no tiene miedo de morir y que ¡usted es un cobarde maricón que no tiene valor de jalar el gatillo…!
Q- En cierto pueblo de San Marcos la esposa de un conocido gí¼izache le cuenta: -Ya tengo dos meses de retraso; como que vamos a tener un bebé. El doctor me dijo que mañana entregan los análisis y entonces lo sabremos con certeza.
En ese momento suena el timbre del teléfono. Es la oficina de cobros de la Distribuidora de Energía Eléctrica de Occidente, según la voz de un hombre que le advierte a la señora: -Le avisamos que tiene dos meses de retraso. La mujer se asombra y exclama: -¡¿Pero cómo pueden ustedes saber eso?! Le responde: -Porque nuestras computadoras llevan el registro de todos los atrasos.
La señora, asustada, le pasa el teléfono a su marido y le dice: -Es un señor que a saber cómo averiguó que tengo dos meses de retraso. El frustrado abogado toma el aparato y pregunta: -¿Es cierto que usted sabe de los dos meses de retraso? -En efecto y le estamos avisando que deben realizar de inmediato el pago. -¿Un pago? -pregunta el gí¼izache- ¿Y qué pasa si no quiero pagar? El tipo del teléfono replica: -De ser así, iríamos a su casa y se la tendríamos que cortar. -¡Ah la púchica! ¿Tanto así? ¿Y entonces qué podría hacer mi mujer? El empleado de la empresa responde: -Pues realmente no lo sé; pero probablemente tendría que utilizar una candela. Entonces el gí¼izache reacciona:-¡Ahorita mismo voy! Sólo dígame ¡¿cuánto es, a quién debo pagar y dónde?!