Presuntas diferencias entre abogado y gí¼izache


Como los abogados son la novedad estos dí­as, a causa de las comisiones de postulación y la elección de magistrados de las Cortes, un lector  me envió dos historietas que protagonizan sendos supuestos togados.

Eduardo Villatoro
eduardo@villatoro.com

Q- El jefe de una banda criminal tení­a de contador a un sordo, pues como no podí­a oí­r ni decir nada en absoluto, aquél creí­a que en caso de ser descubierto no podrí­a actuar de testigo. Pero el contable se apropió de Q2 millones, y cuando el forajido se entera, lo localiza, acompañándose de un gí¼izache de su confianza porque conoce el lenguaje de las señas de los sordos, y quien, mediante gestos,  le dice al contador: -Pregunta el señor Malacara dónde está el dinero que te llevaste. El aludido, también por medio de señas, replica: -Yo no sé de qué hablan.

El tinterillo le traduce la respuesta al cabecilla de la banda, quien con una escuadra apuntando a la cabeza del sordo le grita: -¡Preguntále de nuevo! El gí¼izache, siempre por medio de gestos, le indica: -El jefe te va a matar si no le decí­s dónde esta el dinero. El sujeto responde con señas: -Está en una valija de cuero enterrada en el jardí­n de mi primo Romualdo, en su casa de Mixco.

El facineroso le pregunta al picapleitos: -¿Qué dice? El rábula responde: -Que no tiene miedo de morir y que ¡usted es un cobarde maricón que no tiene valor de jalar el gatillo…!

Q- En cierto pueblo de San Marcos la esposa de un conocido gí¼izache le cuenta: -Ya tengo dos meses de retraso; como que vamos a tener un bebé. El doctor me dijo que mañana entregan los análisis y entonces lo sabremos con certeza.

En ese momento suena el timbre del teléfono. Es la oficina de cobros de la Distribuidora de Energí­a Eléctrica de Occidente, según la voz de un hombre que le advierte a la señora: -Le avisamos que tiene dos meses de retraso. La mujer se asombra y exclama: -¡¿Pero cómo pueden ustedes saber eso?! Le responde: -Porque nuestras computadoras llevan el registro de todos los atrasos.

La señora, asustada, le pasa el teléfono a su marido y le dice: -Es un señor que a saber cómo averiguó que tengo dos meses de retraso. El frustrado abogado toma el aparato y pregunta: -¿Es cierto que usted sabe de los dos meses de retraso? -En efecto y le estamos avisando que deben realizar de inmediato el pago. -¿Un pago? -pregunta el gí¼izache- ¿Y qué pasa si no quiero pagar? El tipo del teléfono replica: -De ser así­, irí­amos a su casa y se la tendrí­amos que cortar. -¡Ah la púchica! ¿Tanto así­? ¿Y entonces qué podrí­a hacer mi mujer? El empleado de la empresa responde: -Pues realmente no lo sé; pero probablemente tendrí­a que utilizar una candela. Entonces el gí¼izache reacciona:-¡Ahorita mismo voy! Sólo dí­game ¡¿cuánto es, a quién debo pagar y dónde?!