Los Jefes de Estado y Gobierno de Iberoamérica intentaban hoy acercar sus polarizadas posiciones sobre Honduras, tras las controvertidas elecciones ganadas por el derechista Porfirio Lobo, en la primer jornada de trabajo de la cumbre en Estoril, 25 km al oeste de Lisboa.
Los líderes de 22 países de América Latina, de España, Portugal y Andorra, discutieron esta mañana a puerta cerrada una declaración sobre Honduras, pero estaban divididos entre una mayoría -encabezada por Brasil y Venezuela- que no reconoce los comicios del domingo y países -como Perú, Costa Rica y Panamá- que las avalan como salida a la crisis.
El presidente de Brasil, Luiz Incio Lula da Silva, expresó a sus colegas que su gobierno no reconoce las elecciones «como un intento de blanqueamiento de un golpe de Estado», dijo a la prensa su asesor Marco Aurelio García, quien añadió que «por ahora hay que esperar» y «discutir con la comunidad internacional».
«Es necesario llegar a un gran acuerdo nacional (en Honduras) que debería contar con un gran consenso latinoamericano, centroamericano y europeo», pues la situación «tiene ahora otros protagonistas», dijo el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, en una reunión con los centroamericanos.
Ayer, en la inauguración de la Cumbre, el presidente de El Salvador, Mauricio Funes, expuso una posición que podría servir de base para un consenso: que el ganador de los comicios dé muestras, antes de su toma de posesión el 27 de enero, de que formará un gobierno de unidad con la participación del depuesto presidente Manuel Zelaya, al que deben «devolverse sus poderes constitucionales».
Al declararse ganador, Lobo, al que datos parciales le atribuyen 55,9% de los votos escrutados frente a 38,6% de su rival, Elvin Santos, prometió «un gobierno de unidad nacional» y «reconciliación». «No es tiempo ya de más divisiones», manifestó.
Pero la tarea de encontrar una salida a la crisis hondureña no será sencilla, pues Zelaya, depuesto en el golpe de Estado del 28 de junio y refugiado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa desde el 28 de septiembre, calificó las elecciones de «una mentira».
La canciller de Zelaya, Patricia Rodas, afirmó que en Estoril se verá quiénes siguen a Washington, al tiempo que subrayó que busca una declaración de rechazo a las elecciones.
«Sabremos qué países apoyan a Washington (…). Se busca una declaración de condena al golpe de Estado, de rechazo al proceso electoral espurio y militarizado, a la situación en que está confinado el presidente», dijo Rodas.
Ocho presidentes latinoamericanos -los de Venezuela, Cuba, Bolivia, Uruguay, Paraguay, Nicaragua, Guatemala y Honduras- no asisten a la cumbre aduciendo diferentes motivos, pero algunas ausencias reflejan las tensiones que vive la región.
A la cita asiste el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, quien informó de que el 4 de diciembre el Consejo Permanente analizará en Washington las elecciones y lo que decida el Congreso de ese país el 2 de diciembre sobre el pedido de restitución de Zelaya.
Otras elecciones que por el contrario obtuvieron una reacción unánime de beneplácito fue el triunfo en Uruguay, el domingo, del ex guerrillero y senador del oficialista Frente Amplio (izquierda) José Mujica.
Las presidentas Michelle Bachelet y Cristina Kirchner de Chile y Argentina le felicitaron anoche mismo en una llamada telefónica desde la cena inaugural de la cumbre.
Brasil, por su parte, recibió la victoria de Mujica «con mucho gusto» porque es «un gran amigo» con el que esperan fortalecer el Mercosur, declaró el asesor internacional de Lula, Marco Aurelio Garcia.
Mujica «es un gran amigo de Brasil, es un gran amigo del presidente Lula, amigo nuestro», celebró.
La cumbre concluirá el martes con la aprobación de la Declaración de Estoril, que lanzará el proyecto «Iberoamérica Innova», promovido por Brasil, España y Portugal, para impulsar proyectos de innovación en el sector empresarial.
Estados Unidos saludó hoy como un «importante paso adelante» las elecciones generales en Honduras, lo que abre las puertas a un reconocimiento del presunto ganador, Porfirio Lobo, a pesar de la oposición de otros países de la región.
«Aún queda una tarea importante por delante para restaurar el orden constitucional en Honduras, pero hoy el pueblo hondureño dio un necesario e importante paso adelante», dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ian Kelly, en un comunicado difundido en la madrugada del lunes (hora local).
El gobierno de Barack Obama tomó así la iniciativa y fue uno de los primeros en saludar los polémicos comicios.
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, llamó entre otros a su par argentino, Jorge Taiana, para conversar sobre la política a seguir con el país centroamericano.
La participación en los comicios «parece haber superado la de la última elección presidencial», aseguró el comunicado del Departamento de Estado.
«Esto demuestra que (…) el pueblo hondureño veía la elección como una parte importante de la solución a la crisis política en su país», añadió el texto.
El Departamento de Estado, sin embargo, se cuidó de no reconocer explícitamente a Lobo, candidato del conservador Partido Nacional, que se proclamó ganador.
Según datos parciales del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Lobo obtenía 55,9% de los votos escrutados, frente a 38,6% de su rival, Elvin Santos, del Partido Liberal (PL, derecha), que reconoció su derrota.
La política oficial de Estados Unidos hasta ahora es que debe respetarse el Acuerdo de San José/Tegucigalpa, que implica la creación de un gobierno de unidad nacional y una declaración del Congreso sobre la reposición del depuesto mandatario, Manuel Zelaya.
Los comicios forman parte de los requisitos para restaurar el orden democrático en el país centroamericano, pero no son suficientes, insiste el gobierno de Obama, al menos hasta ahora.
«Esperamos continuar trabajando con todos los hondureños y alentar a otros en América a seguir el liderazgo del pueblo hondureño para ayudar a la reconciliación nacional», recordó el comunicado.
Washington siguió con atención el desarrollo de los comicios, incluso en el propio territorio estadounidense, donde viven cerca de 800.000 hondureños, según estimaciones no oficiales.
El vicesecretario adjunto para América Latina, Craig Kelly, acudió a un centro de votación organizado por el Tribunal Supremo Electoral hondureño en la capital estadounidense para verificar el desarrollo de los comicios.
El golpe de Estado del 28 de junio en Honduras y el papel que debía jugar Estados Unidos provocó interés y controversia en Washington.
La crisis hondureña se mezcló rápidamente con la situación interna, con la oposición republicana resueltamente partidaria del régimen de facto.
«Las elecciones de ayer (domingo) demuestran que la democracia prevaleció en Honduras a pesar de los intentos de Manuel Zeyala y (el presidente venezolano) Hugo Chávez para destruirla», aseguró un congresista republicano, Connie Mack (Florida), mediante un comunicado.
La Comisión Europea se dijo hoy complacida por el hecho de que las elecciones en Honduras se desarrollaran de «forma pacífica y en calma» y llamó a todas las partes a «intensificar» los esfuerzos para una solución negociada a la crisis política.
Se trata de la primera reacción de los europeos a la celebración de los controvertidos comicios del domingo, sólo reconocidos por parte de la comunidad internacional.
«Nos complace que las elecciones se desarrollaran principalmente de forma pacífica y en calma», declaró un portavoz de la Comisión Europea, Lutz Gí¼llner.
«Lo que es importante ahora es que todas las partes intensifiquen sus esfuerzos en favor de una solución negociada que esté basada en el diálogo», añadió.
El derechista Porfirio Lobo se declaró el domingo ganador en unas elecciones con una elevada participación del 61,3%.
Los comicios se celebraron después del golpe de Estado que en junio echó del poder al presidente Manuel Zelaya, quien los tachó de «mentira».
Según Lobo, Estados Unidos, Alemania, Colombia, Costa Rica, México, Panamá, Japón, Italia, Suiza, Indonesia, Emiratos Arabes Unidos y Francia «expresaron que van a aceptar» el proceso.
En cambio, Argentina, Brasil, Venezuela, Nicaragua, Guatemala y Uruguay afirmaron que no reconocerán los comicios realizados bajo el gobierno de facto de Roberto Micheletti.
La UE se había abstenido de aclarar si reconocería las elecciones antes de su celebración.
El gobierno español «no reconoce las elecciones» hondureñas de ayer, «pero tampoco las ignora», declaró hoy el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, que llamó a buscar una «solución de reconciliación nacional» en Honduras.
«El gobierno español no reconoce estas elecciones, pero tampoco las ignora», ya que «tenemos nuevos actores políticos» y «un objetivo compartido»: «alcanzar una solución política de reconciliación nacional» y «una salida definitiva de la crisis», defendió el canciller español al margen de la Cumbre Iberoamericana de Estoril (25 km al oeste de Lisboa).
«Queremos salir de la Cumbre Iberoamericana de Estoril reforzando el compromiso de todos los países iberoamericanos en una salida democrática» en Honduras, «sin entrar en el reconocimiento de elecciones», ahondó.
Para ello Portugal, que preside este encuentro, «propondrá una declaración consensuada» sobre las elecciones, detalló.
El canciller portugués, Luis Amado, afirmó por su parte que las posiciones al respecto son «muy divergentes» y no dio seguridades de que se logre una declaración común sobre Honduras.
Dijo que la presidencia portuguesa quiere obtener «una posición sobre la situación política en Honduras y no específicamente sobre la cuestión de las elecciones», que es el tema que más divide a los latinoamericanos.
La mayoría de los países Iberoamericanos no han querido hasta el momento reconocer las elecciones por considerar que así se legitimaría el golpe de finales de junio contra el presidente Manuel Zelaya.
El ministro español, que recordó que España condenó el golpe militar y pidió la restitución de Zelaya, reconoció que los comicios «se sucedieron en un marco político de falta de transparencia, sin garantías suficientes», pero apuntó que «hay una nueva realidad expresada por un sector de la opinión pública hondureña» y «tenemos que buscar una solución política».
El triunfador de las elecciones, el derechista Porfirio Lobo, «tendrá algo que decir y será un nuevo actor en el diálogo con el presidente Zelaya», precisó Moratinos.
Asimismo dijo que «habrá un comunicado de la Unión Europea única» sobre las elecciones: «Espero que irá en la línea de no reconocer pero no ignorar, es decir, la posición que defiende España.
Según datos parciales del Tribunal Supremo Electoral (TSE) hondureño, el derechista Porfirio Lobo obtenía el 55,9% de los votos escrutados, frente a 38,6% de su rival, Elvin Santos, del Partido Liberal (PL, derecha), que reconoció su derrota.
Zelaya, refugiado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa desde el 28 de septiembre, calificó las elecciones de «mentira».
Francia lamentó que las elecciones celebradas el domingo en Honduras «no hayan tenido lugar dentro del orden constitucional» y abogó por un proceso de «reconciliación nacional» como «único» camino que dará «legitimidad» a las nuevas autoridades.
«Francia lamenta que los comicios celebrados el domingo en Honduras no hayan tenido lugar en un contexto conforme al orden constitucional que le habría garantizado una legitimidad incontestable», afirmó el portavoz del ministerio francés de Relaciones Exteriores, Bernard Valero.
«Al igual que nuestros socios europeos, pedimos el restablecimiento de las libertades fundamentales y del Estado de derecho», indicó el vocero, antes de pedir «la apertura de un proceso de reconciliación nacional».
Valero no mencionó explícitamente al derechista Porfirio Lobo, ganador de los comicios que fueron calificados de «mentira» por el depuesto mandatario Manuel Zelaya.
Según Francia, ese camino es el «único» que podrá «otorgar plena legitimidad al nuevo gobierno y responder a las expectativas de la población, tras varios meses de crisis política».
Honduras celebró el domingo elecciones presidenciales, cinco meses después de que Zelaya fuera derrocado por un golpe de Estado.
Estados Unidos respaldó los comicios, pero varios países de América Latina, entre éstos Argentina, Brasil y Venezuela, anticiparon que no reconocerían los resultados.
El Gobierno del presidente Fernando Lugo no reconocerá al ganador de las elecciones presidenciales de Honduras, Porfirio Lobo, anunció este lunes el ministro de Justicia y Trabajo Humberto Blasco, que ofició de portavoz del jefe de Estado.
«Los comicios realizados en ese país están viciados por el golpe de Estado con la destitución del presidente Manuel Zelaya», dijo Blasco a periodistas poco después de encontrarse con Lugo, en la habitual reunión de ministros de los días lunes en el palacio de Gobierno.
«Nos resulta imposible reconocer al ganador de las elecciones en Honduras porque no existieron las condiciones requeridas para realizar elecciones democráticas en ese país», agregó Blasco.
La posición de Paraguay se suscribe a la decisión de los demás países del bloque Mercosur en ese sentido.
Panamá felicitó al pueblo de Honduras por su alta participación en las elecciones del domingo «donde se demostró un alto grado de civismo y vocación democrática» y llamó al ganador del comicio Porfirio Lobo a reconciliar al país con un gobierno de unidad nacional.
«El presidente de la República, Ricardo Martinelli, en nombre del Gobierno y el pueblo panameño, felicitó al pueblo de Honduras por su participación en los comicios electorales, donde se demostró un alto grado de civismo y vocación democrática», dijo la Presidencia panameña en un comunicado.
«Martinelli y el vicepresidente y canciller, Juan Carlos Varela, conversaron con Porfirio Lobo», tras conocerse los resultados oficiales preliminares, dijo el comunicado de Panamá, país que había anunciado anticipadamente que reconocería los comicios hondureños.
«En su diálogo con Lobo, el Presidente (Martinelli) le invitó a iniciar un proceso de reconciliación y unificación del pueblo hondureño, a través de un gobierno de unidad nacional», agregó.
«La información más reciente disponible refleja que hubo una amplia participación ciudadana en los comicios de Honduras, con ello se cumpliría una condición necesaria para el retorno de la institucionalidad democrática y constitucional a ese hermano país», dijo el comunicado.
Martinelli se encuentra en Portugal participando en la Cumbre Iberoamericana.