El presidente ruso, Dimitri Medvedev, advirtió a su homólogo georgiano, Mijail Saakachvili, sobre las consecuencias de una adhesión de su país a la OTAN y le propuso solucionar el conflicto que mantienen sobre Abjasia sin mediación occidental.
«Ayer discutí con mis colegas alemanes, están preocupados con nuestras relaciones. Pienso que somos capaces de solucionar nuestros problemas entre nosotros», declaró Medvedev a Saakachvili, según relató a la prensa el canciller ruso Serguei Lavrov tras una entrevista de ambos mandatarios.
«Estoy totalmente de acuerdo con Ud», le contestó Saakachvili, según este último.
El ingreso de Georgia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) provocaría «una espiral de enfrentamientos muy, muy negativa en Abjasia», región separatista de Georgia apoyada por Rusia, dijo Lavrov.
El encuentro de ambos presidentes se produjo al margen de una cumbre de la Comunidad de Estados Independientes (CEI, 12 ex repúblicas soviéticas).
Según Lavrov «la clave de la solución consiste en negociaciones directas entre las partes». «La pelota está del lado de Georgia», agregó.
Mientras tanto, el Alto Representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Javier Solana, afirmó hoy en Sujumi, capital de Abjasia, que la Unión Europea (UE) «quiere participar más activamente en la solución del conflicto», tras reunirse con el «presidente» abjasio, Serguei Bagapch.
Solana sostuvo que Rusia es clave en la búsqueda de la desactivación de las tensiones en la región.
Ayer, el subsecretario de Estado estadounidense para Asuntos Europeos y Eurasiáticos, Matthew Bryza, estimó que el envío de nuevas tropas rusas – unos 400 hombres – anunciado por Moscú a Abjasia complica la solución del conflicto.
La tensión en torno a esa región secesionista georgiana no ha dejado de aumentar desde que Moscú anunció en abril que establecía relaciones formales con los independentistas y envió a Abjasia a cientos de soldados adicionales en el marco de una fuerza de mantenimiento de la paz.
Por otra parte Medvedev se entrevistó con el presidente de Ucrania, Viktor Yuchenko, cuyo deseo de adherir a la OTAN irrita igualmente a Moscú.
Al términó de la reunión, el canciller ruso condenó las «medidas unilaterales» tomadas por Kiev que «no contribuyen a la estabilidad» de las relaciones entre ambos países.
Lavrov aludió de ese modo a un decreto firmado a finales de mayo por Yuchenko pidiendo la preparación de una ley sobre el «cese en 2017 de los acuerdos internacionales» que hacen del puerto de Sebastopol, en Ucrania, la base de la marina rusa en el Mar Negro.
El canciller ruso anunció por otra parte que el precio del gas vendido por Rusia a Ucrania – actualmente de 179,5 dólares los mil m3 – sería «casi duplicado» a partir de 2009.
El tema del gas provocó varias crisis entre ambos países en los últimos meses y generó problemas en la entrega de gas ruso a los países europeos.
Ayer el presidente ruso advirtió en Berlín que de continuar la ampliación de la Alianza Atlántica hacia el Este, las relaciones de Rusia con Occidente «se verán socavadas de manera radical durante mucho tiempo».