Presidente, por favor detenga contrato petrolero


Hay personas que están conscientes de la necesidad gubernamental de obtener mayores ingresos, al igual que la mayor parte de ciudadanos que no pertenecen a las elites económicas. Sin embargo, la obtención de dinero para el Gobierno no puede ni debe destruir lo que podrí­a ser parte fundamental de la seguridad ambiental para las generaciones que aún no han nacido.

Roberto Arias

La detonación contemporánea de la destrucción de la Reserva de la Biosfera Maya, en Petén, Guatemala, fue la depredación de los bosques peteneros con la abusiva y criminal tala de caoba y cedro por los madereros de Aimpe (Asociación de Industrializadores de la Madera de Petén), quienes introduciendo grandes tractores, skidders y demás maquinaria pesada en busca de esas maderas especí­ficas, destruyeron formidables secciones de la selva lluviosa para obtener el botí­n, mientras los gobiernos y sus fuerzas de seguridad miraban hacia otro lado, en pleno contubernio. Esas criminales actividades legalizadas con «permisos para tala» abrieron enorme cantidad de brechas y dieron la pauta para la fundación de asentamientos humanos y como consecuencia lógica, la facilidad para el narcotráfico, narcoganado, tráfico de humanos, flora y fauna, estelas arqueológicas y demás tesoros mayas y, en los últimos años la explotación petrolera; la cual en un área protegida y declarada como Patrimonio Natural de la Humanidad es obviamente ilegal. La ilegalidad ha campeado en Guatemala desde tiempos inmemoriales. No se puede negar que la doble moral fue, desgraciadamente, el verdadero fundamento de la llamada «independencia de Guatemala». No es de extrañar, entonces, que la corrupción esté infiltrada hasta los tuétanos de este gobierno, si de la misma manera ha estado en los anteriores y, puede vislumbrarse sin dificultad que esta situación, de una manera u otra, seguirá peor en el próximo gobierno, gane quien gane la Presidencia de la República. La única forma de iniciar un proceso para reivindicar a Guatemala es retomando la dignidad perdida en esta población que está viendo, con suma indiferencia, los valores morales escurrirse por el desagí¼e del vicio, de la violencia, del narcotráfico y del crimen organizado. La ignorancia, el desorden, la decadencia y destrucción del núcleo familiar y otros elementos análogos en Guatemala, están acabando a una sociedad que se deja llevar por inercia hacia el sumidero de la inmundicia. El plan maestro para el manejo del Parque Nacional Laguna del Tigre fue ilí­citamente mutilado en partes esenciales respecto a las actividades petroleras, señor presidente Colom. Su ex ministro de Energí­a y Minas, Carlos Meany, utilizó mañosamente ese apócrifo documento para la favorecer la ampliación del contrato petrolero a Perenco. Con todo el respeto que merece por ser el Presidente de la República de Guatemala, solicito a usted desde esta tribuna, ingeniero Colom, que comience usted a devolver la dignidad a Guatemala y que demuestre con realidades su buena voluntad para mantenerse en el proceso de sostener a Guatemala sobre la senda de regresar a un verdadero estado de legalidad. Presidente Colom, usted ya sabe de la ilegalidad de las actividades petroleras en la Laguna del Tigre. Por favor no cometa la transgresión y la inmoralidad de ampliar el contrato petrolero a la compañí­a francesa Perenco, aunque le paguen un viaje a Parí­s y allá le tienten con otros privilegios. Guatemala y usted valen mucho más que eso.