La minería a cielo abierto es una actividad industrial de alto impacto ambiental, social y cultural. Cuando se desglosan y se estudian por separado los tres elementos donde impacta la minería a cielo abierto, como se realiza la extracción del oro de Guatemala, se eriza la piel de grima, de esa sensación desagradable que produce a quien tiene un rasgo de conciencia de lo que hacen con Guatemala los personajes que por una u otra razón han tenido la potestad de hacer negociaciones que definitivamente laceran profundamente los intereses del Estado y de toda la ciudadanía.
Cabe recordar que fue í“scar (El Conejo) Berger Perdomo quien negoció y autorizó, siendo Presidente, la extracción del oro de Guatemala a la empresa Marlin. El ex presidente Berger prácticamente fungió también como el principal vocero de la mina, con obvios intereses. Es también claro que esta es una actividad no sostenible en virtud que el oro no es un recurso natural renovable. El oro se acaba y queda únicamente destrucción y muerte a plazos muy dolorosos. Ninguna actividad industrial es tan agresiva ambiental, social y culturalmente como la minería a cielo abierto.
Dentro de la multiplicidad de impactos negativos de la actividad minera a cielo abierto para extraer oro, puede mencionarse muy escuetamente que afecta y devasta la superficie de la tierra y cambia la morfología del terreno. El aire se contamina con impurezas sólidas en suspensión provenientes de combustibles tóxicos o inertes. También puede contaminarse el aire con vapores o gases de mercurio, cianuros, dióxido de azufre contenidos en gases residuales, procesos de combustión incompleta. Todo este menú puede penetrar con persistencia hasta los pulmones de los humanos, animales y puede permear las plantas que forman la cadena alimenticia.
Las aguas superficiales son afectadas por residuos sólidos finos provenientes del área de explotación y pueden producir una elevación de la capa de sedimentos en los ríos adyacentes. Diques y lagunas de oxidación mal construidas o sin mantenimiento, así como el inadecuado manejo, almacenamiento o transporte de insumos -combustibles, lubricantes, reactivos químicos y residuos líquidos- pueden conducir a la contaminación de las aguas superficiales.
Las aguas freáticas se contaminan con aceite usado, sales minerales provenientes de las pilas o botaderos de productos sólidos residuales de los procesos de tratamiento, reactivos, así como aguas de lluvia contaminadas con contenidos de dichos botaderos, aguas provenientes de pilas o diques de colas o aguas de proceso contaminadas, pueden llegar a las aguas subterráneas, envenenando los pozos para consumo humano y de riego. La mayoría de las operaciones que utilizan la extracción por lixiviación con cianuro usan la minería a cielo abierto para conseguir el mineral y San Marcos en Guatemala no es la excepción.
Es necesario presidente Colom que, así como en su oportunidad el presidente estadounidense Bill Clinton eliminó la explotación de oro en el parque nacional Yellowstone, debido a la contaminación que provocaba, tenga usted el valor de hacer lo mismo en San Marcos, tal y como lo solicita la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos en su resolución. Es necesario que se demuestre la solvencia moral de Guatemala, acatando los convenios y tratados internacionales.
La mortal contaminación por minería de oro es lógica, Presidente. No nos hagamos pendejos… ¡Por favor!