Presidente iraní­ visita Irak


Un soldado iraquí­ realiza un chequeo, en un puesto que se montó para ofrecer seguridad a Ahmadinejad.

El presidente iraní­, Mahmud Ahmadinejad, viajará el domingo a Irak en una controvertida visita, que se produce mientras Estados Unidos acusa a Teherán de apoyar a insurgentes en suelo iraquí­.


í‰sta será la primera visita de un jefe de Estado iraní­ a Irak desde que la revolución islamista derrocó al Sha en 1979.

Pero no es la primera vez que los dirigentes de los dos paí­ses se reúnen. En varias ocasiones, el Presidente y el Primer Ministro iraquí­es viajaron a Teherán para firmar acuerdos comerciales.

Desde Bagdad, esta visita se percibe como un gesto de apoyo de los iraní­es chií­tas al primer ministro Nuri Al Maliki, de esta confesión.

La presencia de Ahmadinejad en Bagdad constituye «un factor de estabilidad, que Irak necesita urgentemente», explica Vali Nasr, un experto en Oriente Medio de la universidad Tufts, de Estados Unidos. Mostrará que Irán es un elemento clave de la región y «el único paí­s vecino que trata a Irak como un verdadero gobierno», añade Nasr.

Irán e Irak se enfrentaron en una guerra sangrienta entre 1980 y 1988, con un balance de cerca de un millón de muertos.

Bajo el régimen de Saddam Hussein, muchas personalidades chiitas, como el propio Nuri al-Maliki, se refugiaron en Irán, huyendo de la policí­a.

La coalición militar liderada por Estados Unidos derrocó en 2003 al régimen de Saddam Hussein, dominado por la minorí­a sunita; y la llegada al poder en Bagdad, en 2005, de un gobierno dominado por los chiitas -y apoyado por Washington- mejoró notablemente las relaciones entre los dos paí­ses.

Hoy el comercio prospera entre los dos paí­ses vecinos y muchos peregrinos iraní­es viajan hasta lugares sagrados chiitas en Irak.

Pero esta relación se ha visto empañada por la presencia en Irak de 158 mil soldados del gran enemigo de Teherán, Estados Unidos, que siempre ha mostrado su apoyo a Maliki.

En la embajada de Estados Unidos, se intenta minimizar el impacto de la visita del presidente iraní­. «Se trata de un encuentro bilateral. Estos dos paí­ses deben tener sus relaciones», informa el portavoz, Philip Reeker.

Washington rompió las relaciones diplomáticas con Teherán en 1980, después de la toma de su embajada en Teherán por Guardianes de la Revolución iraní­.

«Nuestro papel se limitará al programa (de Ahmadinejad)» en cuestiones de seguridad, declara el almirante Gregory Smith, portavoz de las fuerzas de la coalición estadounidense en Irak. «La coalición no está a favor de esta visita», añade.

Estados Unidos retiene a 14 iraní­es en suelo iraquí­ y afirma poder probar que Irán abastece a los insurgentes en cohetes y explosivos anti-blindados destinados a ser utilizados contra las fuerzas de la coalición.

Los militares estadounidenses afirman que periódicamente descubren reservas de armas y municiones fabricadas en Irán. Las municiones llevan fecha de fabricación, pero es difí­cil averiguar cuándo entraron en Irak.

El almirante Smith insiste en que está «claramente probado», con los interrogatorios a los insurgentes capturados, que los iraquí­es reciben instrucción en Irán sobre uso de explosivos y secuestros, en centros de fuerzas especiales iraní­es, al menos desde 2005.

Teherán siempre desmintió estas acusaciones y prometió colaborar para acabar con el contrabando de armas hacia Irak.

Irán y Estados Unidos mantuvieron tres series de conversaciones en torno a la seguridad en Irak, en 2007. Un cuarto encuentro, previsto a mediados de febrero, fue aplazado sin fecha, a la demanda del gobierno iraní­.