El presidente chino, Hu Jintao, culminó hoy su visita a Mozambique y partió a las islas Seychelles, última etapa de su gira por ocho países africanos durante la cual ha tenido que negar más de una vez que China busque explotar a la región más pobre del mundo a través de un comercio desigual.
Antes de abandonar la capital, Maputo, Hu visitó en compañía de su homólogo mozambiqueño, Armando Guebuza, la Plaza de los Héroes, panteón de los combatientes de la liberación de esta antigua colonia portuguesa.
Seguidamente, el presidente inauguró el Centro Piloto de Técnicas Agrícolas, financiado por China, antes de desplazarse al aeropuerto internacional.
Hu firmó el jueves una serie de acuerdos económicos con este país del ífrica austral, «prueba concreta», dijo, de la voluntad de China de desarrollar una «cooperación pragmática» con el continente negro.
Anunció asimismo una condonación de la deuda mozambiqueña, aunque no ofreció detalles de cuánto dinero debe Maputo a China.
Las empresas chinas encabezan los esfuerzos de reconstrucción de ese país, que se recupera poco a poco de una guerra civil de 16 años, que finalizó en 1992.
El comercio entre ambos países totalizó 210 millones de dólares en 2006, una cifra modesta, pero multiplicada por cinco desde 2001.
Mozambique cuenta con reservas de carbón y gas natural todavía por explotar, justamente los recursos naturales que China necesita imperiosamente para satisfacer la sedienta demanda interna de su galopante economía.
Como en el resto de ífrica, el balance comercial se decanta ampliamente a favor de Pekín.
Mientras las tiendas de Maputo rebosan de artículos de ropa baratos fabricados en China, las exportaciones de Mozambique hacia el gigante asiático se limitan a la madera, el azúcar y otros productos agrícolas.
Durante su gira por el continente, Hu no dejó de insistir en que ífrica tiene tanto que ganar como China en sus relaciones bilaterales, por las que el comercio se triplicó en los últimos cinco años.
En Sudáfrica, el mayor socio africano de Pekín, el presidente señaló que su país «no hará nada que pueda dañar a los intereses de ífrica ni a su gente».
Puesto que China experimentó en su propia piel, dijo Hu, la explotación exterior por parte de las potencias occidentales durante casi un siglo, el gigante asiático es contrario a cualquier forma de «colonialismo» o «esclavitud».
Hu llegará el viernes a las islas de las Seychelles, en el océano Indico, donde se espera que anuncie un paquete de donaciones y préstamos por un monto de 10 millones de dólares.
El dirigente inició su tercera visita oficial a ífrica el pasado 30 de enero en Camerún, y seguidamente se desplazó a Liberia, Sudán, Zambia, Namibia y Sudáfrica, antes de llegar a Mozambique.