Presidente acepta renunciar


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El presidente yemení­ Alí­ Abdalá Salé acordó renunciar hoy para poner fin a una prolongada insurrección que buscaba derrocarlo luego de 33 años en el poder.

RIAD Agencia AP

Sentado junto al rey Abdalá en la capital saudí­, Salé firmó un acuerdo elaborado por sus poderosos vecinos del Golfo Arábigo y respaldado por Washington para entregar el poder en 30 dí­as a su vicepresidente, Abed Rabbo Mansur Hadi. Este convocará a elecciones anticipadas en 90 dí­as.

Vestido con elegante traje oscuro y corbata a rayas, Salé sonrió al firmar el acuerdo y aplaudió brevemente. En una breve conversación con la familia real saudí­ y diplomáticos internacionales, prometió cooperar con el nuevo gobierno.

«Este desacuerdo de los últimos 10 meses ha tenido un fuerte impacto en Yemen en los terrenos de la cultura, el desarrollo y la polí­tica, lo que condujo a una amenaza a la unidad nacional y destruyó lo construido en años anteriores», dijo.

Salé es el cuarto mandatario árabe derrocado en la llamada Primavera Arabe, después de los de Túnez, Egipto y Libia.

Durante meses, Estados Unidos y otras potencias trataron de convencer a Salé que aceptara la propuesta del Consejo de Cooperación del Golfo. El accedió, pero luego se retractó en tres ocasiones. Mientras tanto, crecí­an los temores internacionales de un colapso de la seguridad en Yemen que pudiera ser aprovechado por una rama local de al-Qaida.

Antes de la insurrección en febrero, Yemen ya era el paí­s más pobre de la región, dividido y con un gobierno que tení­a escasa autoridad fuera de la capital Saná.

Salé enfrentaba los problemas del paí­s sin hacer caso a los reclamos de los manifestantes que exigí­an su renuncia, y que con frecuencia eran reprimidos implacablemente por las fuerzas de seguridad.

Calificaba las protestas de «golpe de estado», y un atentado con bomba a la mezquita del palacio que lo hirió gravemente, un «escándalo».