El gobierno socialista griego presentará hoy a la Comisión Europea su programa de estabilidad y crecimiento destinado a sacar al país de una de las crisis más graves de su historia moderna y que pone en jaque a la Eurozona.
La grave situación fiscal de Grecia se está convirtiendo en la prueba más seria para la Unión monetaria y económica desde su creación en 1999.
Este jueves, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, afirmó que la cuestión de una posible salida de Grecia de la Eurozona era una «hipótesis absurda».
El primer ministro griego, Georges Papandreou, había descartado con firmeza esta posibilidad el miércoles.
«Nuestro esfuerzo repartido en tres años será decisivo para el futuro del país. Queremos dar vuelta a la página lo más rápido posible», dijo Papandreou el jueves en un consejo de ministros consagrado al programa de recuperación de la economía griega, esperado por las autoridades europeas.
El ministro de Finanzas, Georges Papaconstantinou, calificó al plan de «hoja de ruta» para enfrentar los «grandes desafíos», disminuir la deuda y el déficit públicos, reducir las debilidades estructurales y combatir «el enorme déficit de credibilidad» de Grecia.
Las finanzas de Grecia se encuentran en una situación crítica, a raíz de la explosión de su déficit, estimado en 12,7% del PIB (Producto Interior Bruto) en 2009, y su deuda pública (113% del PIB).
Según el programa del gobierno socialista, el crecimiento debería ser aún negativo en 2010 (-0,3%), para situarse luego en 1,5% en 2011, 1,9% en 2012 y 2,5% en 2013.
El plan prevé recortar el déficit público a 8,7% de PIB en 2010, 5,6% en 2011, 2,8% en 2012, y 2% en 2013.
En cuanto a la deuda, que alcanzará 120,4% en 2010, recién comenzaría a disminuir en 2012 (117,7%) y se situaría en 113,4% en 2013, indicó el ministro de Finanzas.
«Se trata de un programa ambicioso, difícil, pero realista. Alcanzaremos nuestro objetivo por todos los medios», señaló Papaconstantinou.
Para 2010, el programa establece en 10.300 millones de euros (unos 15.000 millones de dólares) el conjunto de medidas de reducción del déficit, una cifra «superior a la necesaria», aunque el gobierno griego quiere tener «un margen de maniobra».
El Fondo Monetario Internacional (FMI) inició el miércoles una misión en Grecia, a pedido de las autoridades helenas, para estudiar una posible asistencia técnica en la titánica tarea del gobierno para recortar el gasto público y ordenar sus cuentas.
Entre esas medidas, se encuentran el final de los privilegios fiscales y la adopción de un arsenal anti-fraude, la reducción de primas a los funcionarios y recortes en los gastos en hospitales públicos.
El Banco Central Europeo (BCE) mantuvo ayer sin cambios su tasa de interés, en 1%, en momentos en que la zona euro atraviesa una crisis inédita por la grave situación fiscal de Grecia y las dificultades del bloque para recuperar un crecimiento sostenible.
La tasa principal del BCE, barómetro del crédito en los 16 países de la Eurozona, se encuentra en ese nivel desde mayo de 2009.
La decisión adoptada en la reunión celebrada en Fráncfort (oeste de Alemania) era esperada, ya que la lenta reactivación que se perfila y la ausencia de inflación empujaban a un status quo de la política monetaria del BCE.
Esta prudencia se ve reforzada por la crisis presupuestaria en Grecia, que se está convirtiendo en la prueba más seria para la Unión monetaria y económica desde su creación en 1999.
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, afirmó el jueves que la cuestión de una posible salida de Grecia de la Eurozona era una «hipótesis absurda».
«No comento hipótesis absurdas», declaró Trichet en una conferencia de prensa ante la pregunta de una periodista sobre la posibilidad de que Grecia u otro país saliesen o fuesen expulsados de la zona euro como consecuencia de sus graves dificultades presupuestarias.
El primer ministro griego, Georges Papandreou, descartó con firmeza esta posibilidad el miércoles.
En un estudio, la agencia de calificación financiera Moody»s estimó que Grecia y Portugal corrían el riesgo de sufrir «una lenta muerte» económica si no tomaban medidas eficaces para superar sus problemas, en particular la situación de sus finanzas públicas.
Otros países como España e Irlanda también atraviesan una fase delicada en ese aspecto.
La recesión mundial exacerbó las disparidades entre los países de la zona euro, lo que complica la tarea del BCE para definir una política monetaria común para el conjunto de los Estados miembros que comparten la moneda única.
El BCE había publicado a fines de diciembre un documento de trabajo sobre los escenarios de salida de un país de la zona euro.
El documento, que no representa necesariamente la opinión de los gobernadores del BCE, había avivado el debate sobre una posible salida de Grecia.
El gobierno socialista griego presentará el viernes a la Comisión Europea su programa de estabilidad y crecimiento con una «hoja de ruta» para llevar las cuentas públicas a niveles aceptables.
Las finanzas de Grecia se encuentran en una situación crítica, a raíz de la explosión de su déficit, estimado en 12,7% del PIB (Producto Interior Bruto) en 2009, y su deuda pública (113% del PIB).
El plan prevé recortar el déficit público a 2,8% en 2012 y contener la deuda en sus niveles actuales.
Un mes atrás, Trichet había manifestado su confianza en la capacidad del gobierno griego de tomar las decisiones «apropiadas» y «necesarias» para reordenar las cuentas públicas.
En sus declaraciones a la prensa, Trichet afirmó el jueves que la reactivación en la Eurozona se anunciaba moderada en los próximos meses y sometida a incertidumbres «elevadas».