Presentan la tarjeta azul



Con el objetivo de enfrentar al envejecimiento demográfico y mostrarse como alternativa atractiva a Estados Unidos o Canadá, la Unión Europea presentó hoy su proyecto de «Tarjeta Azul», inspirado en la «Green Card» norteamericana y que busca facilitar la llegada de inmigrantes altamente calificados de paí­ses terceros.

Mientras el porcentaje de esos trabajadores en la UE es de sólo de 1,72%, en Australia alcanza el 9,9%, en Canadá el 7,3%, en Estados Unidos el 3,2% y en Suiza el 5,3%, según un estudio difundido por la Comisión Europea al dar a conocer su propuesta.

«Europa es un continente de inmigración, no hay dudas sobre eso. Somos atractivos para muchos. Pero no somos lo suficientemente buenos para atraer a las personas altamente calificadas», dijo el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, en el Europarlamento en Estrasburgo (este de Francia.

«Con la ’Tarjeta azul’ de la UE enviamos una señal clara: las personas altamente calificadas de todo el mundo son bienvenidas en la Unión Europea», agregó Durao Barroso al presentar la iniciativa, que requiere el acuerdo unánime de los 27 miembros del bloque.

De acuerdo con el proyecto de «Tarjeta Azul», el inmigrante tendrá derecho a un permiso de residencia y de trabajo de dos años renovable entregado bajo las mismas condiciones en cada uno de los 27 Estados miembros del bloque.

Luego de este perí­odo inicial, el inmigrante podrá ir a trabajar en las mismas condiciones a otro paí­s de la UE, según la propuesta.

Sin embargo, las condiciones exigidas al potencial inmigrante siguen siendo estrictas: un diploma reconocido, por lo menos tres años de experiencia profesional y una oferta de empleo procedente de una compañí­a basada en la UE.

Para evitar un dumping social temido por los sindicatos, la Comisión propone que los ingresos de estos inmigrantes sean tres veces más altos que el salario mí­nimo del paí­s en el que trabajarán.

Además, se garantizará la «preferencia comunitaria», según la cual un trabajador de la UE debe tener la prioridad en caso de existir una vacante laboral en un paí­s miembro del bloque, explicó el comisario europeo de Justicia, Franco Frattini.

Según un estudio de impacto realizado por Bruselas, los Estados miembros ya tienen legislaciones para los inmigrantes altamente calificados, pero en la mayor parte de los casos están limitadas a situaciones especí­ficas (investigadores, artistas, transferencias dentro de una empresa).

Además, la diversidad de condiciones de admisión «limita su movilidad dentro de la UE», agrega el estudio.

De todos modos, el proyecto de «Tarjeta Azul» ya provoca controversias, puesto que la polí­tica migratoria es considerada una prerrogativa de los gobiernos nacionales y muchos paí­ses, como Austria o Alemania, son particularmente reacios a dar margen a Bruselas en esa cuestión.

«No necesitamos esta ’Tarjeta azul’. No quiero que nuestra polí­tica del mercado de trabajo sea minada por reglamentaciones europeas», ya declaró en ese sentido el canciller austrí­aco Alfred Gusenbauer.

La Comisión Europea, principal contribuidor al desarrollo en ífrica, también busca desactivar las crí­ticas de aquellos que la acusan de querer acelerar una fuga de cerebros, ya considerable.

Por ello, la «Tarjeta azul» permitirí­a al inmigrante en cuestión volver a Europa sin tener que recomenzar los trámites administrativos, lo que facilitarí­a el regreso a su paí­s de origen y evitarí­a su instalación definitiva en la UE.