Los expertos del IPCC, Premio Nobel de la Paz 2007 junto con Al Gore, se encontrarán en Valencia (España), del 12 al 17 de noviembre, para validar su cuarto informe sobre el cambio climático, que servirá para guiar las decisiones internacionales en su lucha contra este fenómeno.
Desde enero, el grupo de expertos del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) ha publicado los tres grandes puntos de este informe -evaluación científica del fenómeno, consecuencias y soluciones posibles- que han confirmado la amplitud, la rapidez y las graves consecuencias del calentamiento.
Según las conclusiones de este informe habrá un aumento de la temperatura mundial de 1,1 a 6,4°C con respecto a 1980-1999 antes de 2100, con un valor promedio más seguramente comprendido entre 1,8 y 4°C.
La actividad humana productora de gas con efecto invernadero es claramente responsable de los aumentos de temperatura ya constatados, concluyó igualmente el IPCC.
Este panel de la ONU, que estudia y reúne las investigaciones efectuadas por miles de científicos de todos los países, debe ahora aprobar la síntesis de esos tres capítulos y publicar un «resumen dirigido a los encargados de decidir».
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, estará presente en la conferencia de prensa de presentación de ese informe prevista el 17 de noviembre en Valencia.
En diciembre en Bali, la conferencia de las Naciones Unidas debe decidir la continuación que se le dará al Protocolo de Kyoto, cuya primera fase expira en 2012.
«El informe de síntesis ha sido hecho esencialmente copiando y pegando datos, lo cual implica que ya no esté al día», estima el estadounidense Thomas Downing, quien ha contribuido a esos trabajos.
Y sin embargo «éste es el documento que quedará, el que va a circular» y a servir de referencia en los próximos cinco años, según Jean Jouzel, uno de los representantes franceses del IPCC y miembro de su órgano ejecutivo.
La publicación de esta síntesis «será una ocasión un tanto solemne de mostrar que el IPCC es una sola entidad, aunque haya tres grupos de trabajo que producen sus informes de manera independiente», añade su colega francés Hervé Le Treut.
El texto será no obstante discutido línea por línea antes de ser aprobado por el conjunto de los representantes de los gobiernos en Valencia. «Será algo minucioso», advierte Jean Jouzel.
El consenso es la regla en el seno del IPCC para lograr la adopción de esos textos, aunque ello signifique minimizar los términos.
«Me desconcierta el concepto de consenso aplicado a la ciencia: el consenso puede ser útil para tratar asuntos humanos, pero en materia científica, la naturaleza es siempre el árbitro final», estima el científico británico James Lovelock.
«El IPCC tiene tendencia a ser prudente por necesidad de llegar a un consenso», señala por su lado otro británico, Andrew Watson, quien ha participado en los trabajos.
Otro inconveniente inherente al funcionamiento de ese panel de la ONU es que forzosamente siempre está retrasado con respecto a los últimos estudios científicos: «El IPCC sólo puede tomar en cuenta los artículos que han sido publicados al menos un año antes de la aparición de su informe», el tiempo de elaborar esta suma, explica Andrew Watson.
«Los elementos de observación recientes van más bien en el sentido de los esquemas más pesimistas: es cierto para la evolución de los hielos del Artico o la tasa de CO2 en la atmósfera», comenta Hervé Le Treut.