El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, designó a su mano derecha, Abdulá Gul, ministro de Relaciones Exteriores, como candidato del partido en el poder a las elecciones presidenciales, y zanjó así las especulaciones sobre sus propias ambiciones presidenciales.
Gul, quien también ocupa el cargo de viceprimer ministro, está seguro de llegar al puesto más elevado del Estado, ya que el AKP, en el poder desde 2002, tiene la mayoría absoluta en el Parlamento (353 bancas en un total de 550) que eligirá al futuro jefe del Estado para un mandato único de siete años.
El presidente ocupa una función de carácter sobre todo honorífico, exceptuando la promulgación de las leyes y los nombramientos en puestos clave de la administración.
«Mi hermano, con el cual hemos creado este movimiento, surgió como el candidato de nuestro partido para convertirse en el 11º presidente de la República de Turquía durante nuestras consultas», dijo al grupo parlamentario de su partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, surgido de la tendencia islamista).
Los legisladores ovacionaron de pie a Gul, de 56 años, y varios diputados se acercaron inmediatamente para felicitarlo cuando anunció esta decisión, esperada desde hacía varios meses.
Erdogan, un ex islamista que renegó de su pasado, mantuvo hasta último minuto el suspenso sobre su ambición presidencial. Los medios laicos se opusieron a que compitera por la jefatura del Estado.
Esta eventualidad atemorizaba a los laicos, que manifestaron masivamente (entre 500.000 y 1,5 millones, según diversas estimaciones) el 14 de abril en Ankara para disuadirlo de entrar al palacio presidencial, considerado como «el último bastión» de la laicidad.
Fue la mayor manifestación en la historia de Turquía, que sumada a las críticas de la prensa y de la oposición disuadieron a Erdogan de presentarse, según los observadores.
Muchos miembros de su partido manifestaron el deseo de que permanezca en la dirección del AKP, ya que en noviembre están previstas elecciones legislativas.
Algunos miembros del AKP consideraron que su decisión es «un sacrificio». «Para mí se trata de un sacrificio personal de Erdogan», declaró el ministro de Salud, Recep Akdag.
La primera vuelta de esta elección fue fijada el viernes, pero se necesitan 367 votos en el parlamento para ser electo. Si dos pequeños partidos de centro-derecha no votan por él, Gul será sin duda elegido en la tercera vuelta, el 9 de mayo, en la cual se requiere únicamente la mayoría absoluta (276).
Erdogan aseguró que Gul será un presidente «imparcial» y respetuoso de los principios de modernización de Turquía establecidos por el padre fundador de la República, Mustafá Kemal Ataturk.
Al igual que la esposa de Erdogan, la mujer de Gul, Hayrí¼nnisa, lleva el velo e incluso llegó a presentar un recurso ante la Corte Europea de Derechos Humanos contra su propio país, antes de renunciar al mismo.
El velo islámico, una marca fuerte de la identidad entre los electores de base del AKP, aunque estrictamente prohibido en la función pública y las universidades, enfurece a los laicos y desencadena pasiones y polémicas en Turquía, un país musulmán pero laico.