PRESENCIA DE LA VIRGEN DE GUADALUPE EN EL REINO DE GUATEMALA


Cuadro de Nuestra Señora de Guadalupe, una de muchas copias elaboradas en el siglo XVIII

Mario Alfredo Ubico Calderón

Universidad de San Carlos de Guatemala

Este artí­culo divulgativo trata del culto a Nuestra Señora de Guadalupe en el antiguo Reino de Guatemala, fue posible gracias a los importantes aportes de algunos investigadores que a lo largo de muchos años han producido obras de gran valor histórico y de datos emanados del Archivo Histórico Arquidiocesano «Francisco de Paula Garcí­a Peláez» ?AHA- y del Archivo General de Centro América ?AGCA- fue posible dar a conocer algunos datos del culto de N. S. de Guadalupe en Guatemala durante la í‰poca Colonial.


Desde 1531 cuando la aparición de Nuestra Señora de Guadalupe en el cerro Tepeyac en México la influencia de tan importante imagen en el Nuevo Mundo fue cobrando importancia en las diversas provincias y territorios dominados por España, en el caso del Reino de Guatemala, se conoce que desde el siglo XVII existe información que menciona la existencia de la imagen de N. S. de Guadalupe y quizá la más antigua era la que se veneraba en el templo de Catedral, en dicho lugar existí­a un importante altar dedicado a N. S., al respecto la investigadora Marí­a Amerlinck en su obra «Las Catedrales de Santiago de los Caballeros de Guatemala» expone acerca de esta capilla lo siguiente: «…Don Jerónimo de Betanzos, quién fuera obrero de la catedral hasta febrero de 1979 encargó un marco para el lienzo de la virgen de Guadalupe, posiblemente a Juan de Chávez, quién efectuó varias obras para la iglesia. Sin embargo, cuando se renovó el altar del Perdón para consagrárselo a la virgen de Guadalupe, se pidió a México un lienzo tocado al original, cosa que se sitúa ya en el siglo XVIII, pueden plantearse dos hipótesis, o el lienzo antiguo estaba dañado y se prefirió uno nuevo, o bien la antigua advocación era la virgen de Guadalupe de España, que fue muy venerada en la América Andina y quizá en Guatemala antes de que la influencia de su homónima del Tepeyac ensombreciera su culto como pasó en la Nueva España.». Sin embargo, en ese mismo templo se menciona que en el año 1688 el Br. Joseph Fernandez Parejo donó a la archicofradí­a del Santí­simo una imagen de N. S. de Guadalupe (AGCA A1.20-9825-1334-429-431 Protocolo de Bernabé Rojel); no especifica más detalle y tampoco indica taxativamente que esa imagen fuera en lienzo lo que apoyarí­a la posibilidad mencionada por Amerlinck de un culto hacia N. S. de Guadalupe en su versión española. Sin embargo la influencia de la imagen mexicana de Virgen de Guadalupe fue poco a poco cobrando importancia en la Capital del Reino máxime a partir de la segunda mitad del siglo XVII. Otro lugar importante por la presencia de N. S. de Guadalupe fue el templo del Hospital de Convalecientes de N. S. de Belén fundado por el Santo Hermano Pedro, el investigador Heinrich Berlin en su obra «Historia de la imaginerí­a colonial en Guatemala» hace ver que desde 1686 Cristóbal de Merlo habí­a hecho realidad en el templo de Belén la capilla de N. S. de Guadalupe incluido su retablo; permaneciendo en ese lugar por muchos años, al grado que en 1769 en un inventario de bienes de ese año está consignada la existencia de la capilla de N. S. de Guadalupe y en ella: «…un lienzo de pincel de N. Sra. De Guadalupe de bara y media…» así­ como está mencionado que en un altar de N. S. de Concepción existí­a un pequeño lienzo de N. S. de Guadalupe de 1/2 vara aproximadamente con marco dorado(AHA Caja G. folio 80).

En los primeros años del siglo XVIII, habí­a cofradí­a de N. S. de Guadalupe de cierta importancia al grado que habí­an dado inicio a una construcción que serí­a ermita dedicada a la Virgen; según Joaquí­n Pardo en su trabajo titulado «Efemérides de La Antigua Guatemala 1541-1779» esta obra comenzó a ser realidad en 1709, sin embargo en 1713 la construcción no fue concluida por falta de fondos, y sin duda el terremoto de 1717 imposibilitó aún más su conclusión al grado que en 1720 la cofradí­a de N. S. de Guadalupe cedió a la también cofradí­a de San Lázaro el predio donde estaba la obra inconclusa.

En el templo franciscano también habí­a un altar dedicado a N. S. de Guadalupe pero a devoción particular, en efecto, para el año 1748 en el testamento otorgado por Manuel Muñoz menciona haber un altar dedicado a N. S. de Concepción: «…purí­sima y aparición santí­sima de nuestra Señora de Guadalupe en el altar que en dicha iglesia le tiene colocado mi devoción…» (AGCA A1.20- legajo 1091-76v. Manuel Monzón).

Se conoce igualmente otro altar muy importante dedicado a N. S. de Guadalupe en el templo de religiosas capuchinas, mismo que hoy dí­a es posible admirar en el templo del mismo nombre de la Nueva Guatemala, dado que todo un retablo está dedicado a la devoción de la Virgen de Guadalupe.

Acerca de la devoción propiamente dicha reporta Joaquí­n Pardo en la misma obra «Efemérides de La Antigua Guatemala 1541-1779″que en el Cabildo del 22 de junio de 1741 se conocí­a que desde el pasado año de 1737 habiéndolo solicitado el Ayuntamiento de la ciudad de México, el Ayuntamiento de Santiago Capital del Reino de Guatemala habí­a jurado como patrona a N. S. de Guadalupe sin embargo dicho juramento no habí­a tenido efecto por carecer de fondos y por no haber accedido el Cabildo Eclesiástico. Se conoce así­ mismo que don Manuel Muñoz quién habí­a hecho realidad un altar a N. S. en el templo de Capuchinas pidió se cumpliera lo resuelto en 1737, y «…Fue resuelto de conformidad.».

Para mediados del siglo XVIII se habí­a difundido ampliamente el culto a N. S. de Guadalupe inclusive en templos pequeños como sucedí­a con la ermita de N. S. de Dolores del Manchén donde habí­a un cuadro grande de N. S. de Guadalupe (AHA Visitas Pastorales Tomo 12 Caja T2-66 Folio 188v.).

Por esta misma época destaca sin duda el llamado Colegio de Indios un sector del Colegio Seminario donde hoy dí­a es posible admirar unos medallones obrados en estuco con la efigie de N. S. de Guadalupe, obras de gran importancia por el tema plasmado y por lo diestro de la ejecución.

Es necesario recordar que el lienzo de México donde está plasmada la imagen de N. S. de Guadalupe expone una Virgen en su advocación de Concepción y el resplandor que abarca todo el cuerpo recuerda la imagen en su versión apocalí­ptica, siendo notorio que la celebración de dicha imagen es el 12 de diciembre, festividad muy cercana a la de N. S. de Concepción que es el 8 de diciembre.

De acuerdo a Joaquí­n Pardo, Luis Luján y Pedro Zamora en su «Guí­a de Antigua Guatemala» se conoce que muy avanzado en el siglo XIX el antiguo Beaterio de Belén fue intervenido a fin de hacerlo útil para el culto, renombrándolo como N. S. de Guadalupe, sin embargo y a pesar que fue conocido por largos años así­, el antiguo nombre prevaleció y es como hoy dí­a se le conoce: Beaterio de Belén.

En el presente existe en el templo de San José Catedral de la Antigua Guatemala un retablo y altar dedicado a N. S. de Guadalupe que tiene una pintura de la Virgen sin duda alguna un importante indicador de la persistencia del culto de N. S. en aquel templo. Otro lugar que presenta un retablo dedicado a N. S. es en la antigua capilla de la Tercera Orden Franciscana cuyo edificio es el que se encuentra situado en el costado norte del templo franciscano, al ingresar es posible observar varios retablos y ángeles volados, uno de esos retablos esta dedicado a N. S. de Guadalupe aunque la pintura es nueva, persiste la devoción a Nuestra Señora en este lugar.

Un lugar de gran importancia durante la Colonia fue el Colegio Seminario, existiendo en parte de sus amplias instalaciones el llamado en aquel entonces «Colegio de Indios», un lugar destinado a la preparación de indí­genas en el campo religioso, es en la parte correspondiente a este colegio donde hoy dí­a es posible admirar unos medallones obrados en estuco que representan a N. S. de Guadalupe, sin duda alguna expresiones de gran significación artí­stica y religiosa que han subsistido a través del tiempo y son en el presente motivo de admiración.

Sin duda alguna, el culto a N. S. de Guadalupe en territorio guatemalteco es una realidad hoy en dí­a y tiene sus raí­ces en la í‰poca Colonial a juzgar por lo expuesto en esta oportunidad.