Preparativos de carnaval


juan-de-Dios

Tiene resonancia mundial este evento, con desarrollo y celebración en Guatemala. No alcanza la fama, lujo y ostentación de otras latitudes a la vanguardia. Entre ellas Brasil, donde danzarinas de calidad hacen una parodia, luciendo carrozas, atuendos exóticos; mujeres esculturales ante multitudes de espectadores, atraídos con ánimo desbordante.

Juan de Dios Rojas


Ocasiones de destacar lo conveniente al entorno nuestro, como auténtica tradición de menos brillo. Sin embargo, fiel reflejo de inveterada costumbre chapina. Unos años representan bajón, consecuencia de factores económicos; en cambio otros portan algazara cascabelera, pese a dicha situación. En el fondo cambiante, prevalece siempre el ánimo festivo.

Dan la voz de alerta del jolgorio anual, los retazos multicolores junto a su par los cascarones. Forman vendimia en diversos puntos, verdadera estrategia de mercadeo elemental, pero eficiente y de plural satisfacción colectiva. Existe al respecto predisposición entre la venta y jugadores, plenos de entusiasmo a todo trance, transmisores de visible contento.

Cuando digo preparativos es dable señalar la antelación que da el toque inicial del evento, a modo de pregón, recordatorio al público, dispuesto al olvido efímero de tantas situaciones adversas y su cauda de inconvenientes. Equivale a una dualidad: escape de interioridades y participación simultánea, porque al final de cuentas solamente es una vez al año y nada más.

Según cronistas, historiadores e investigadores, el evento dicho, cultural, sobrepasa cálculos optimistas. El tiempo rasga las vestiduras de sector considerable, que no para mientes en unirse al festejo atrayente. Bajo el imperativo de no marginarse, en condición de exteriorizar premuras recónditas bajo el potencial, vistoso como imantador de romper lanzas.

En los hogares, congregado el grupo familiar focaliza la aludida actividad motivadora, tipo entretención, consistente en elaboración de materiales destinados hasta el cansancio para elaborar los famosos cascarones. Además, el pica-pica, harina, maicena, inclusive el hecho de embadurnar rostros y vestiduras, además partes del cuerpo humano, hecho censurable.

No es todo lo aludido en el párrafo anterior. Los preparativos referidos van más allá. Actualmente fabrican cascarones y anexos en condición de ser una completa artesanía popular en notorio  desarrollo creciente, con miras al abastecimiento de ansiosa demanda de chicos compulsivos y también, óigase bien, de personas mayores contagiadas de las carnestolendas.

Mercados cantonales los toman por asalto durante el proceso del evento mencionado en anteriores renglones, con suficiente anticipación. En puestos del interior (de mercados) en competencia marcada los interesados obtienen gozosos la mercancía que precede al Miércoles de Ceniza, umbral del período cuaresmal, generador de expectativas, ciclo de conmemoración extraordinaria.

El festejo y celebración de carnaval, tiene seguidores en el sector escolar y entidades de cultura. Empero, persiste el calificativo popular, generador al pie de la letra de costumbrismo afirmado. A la cabeza niñez y juventud sin olvido, causante de pérdida de similares eventos. Sea como sea, es punto de apoyo para los preparativos del caso de alto voltaje.

Donde tiene desarrollo difiere en definitiva. Cuenta con aficionados alegres en la Plaza de la Constitución, que se les va la mano con tantos abusos contra las féminas. Razón por la cual el empeño de campañas educativas para evitar el vandalismo. Hace mucha falta no confundir una cosa con la otra; bien por la celebración, empero sin que afecte a nadie.

Es ocasión especial de finalidad formativa incentivar la organización de bailes de disfraces, que buscan una mejor orientación y sea apropiada del evento anual. Ingenio, creatividad y arte, unidos por un eje sólido beneficioso inclusive, deberá encaminar sus pasos por senderos correctos. El literato español Calderón de la Barca dijo: “El Carnaval de la vida…’’