El Rey de España y el Partido Socialista, que ganó las elecciones legislativas de marzo, entablaron hoy discusiones con otras fuerzas políticas en busca de apoyos a la investidura para un segundo mandato del jefe de gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, el 8 de abril.
La nueva ronda de negociaciones se prolongará hasta el viernes.
Zapatero debe obtener en el Congreso una mayoría absoluta de votos (176 de un total de 350) para ser electo el 8 de abril, por lo cual, además del voto de los 169 diputados Partido Socialista Obrero Español (PSOE), necesita siete más.
De no obtenerlos, se repetirá la votación el 9 de abril y el candidato socialista sólo necesitará en ese caso una mayoría simple para dirigir el gobierno.
El rey Juan Carlos I, quien debe proponer a la cámara a un candidato a la jefatura del gobierno, también sondeaba con los partidos si puede presentar a Zapatero.
El 9 ó 10 de abril, el nuevo presidente del gobierno prometerá el cargo ante el Rey, tras lo cual presentará a su nuevo gabinete; el primer consejo de ministros debe celebrarse el viernes 11 de abril, según la agenda manejada por la presidencia.
«El gobierno busca que Zapatero salga votado en la primera vuelta» y ve posible conseguir el apoyo de al menos siete diputados más, aunque «en este momento no está cerrado que vaya a salir en la primera», indicó una fuente de la presidencia a la AFP.
Zapatero viajaba este miércoles a Bucarest, donde se celebra la cumbre de la OTAN hasta el viernes, y donde tiene previsto reunirse con el presidente estadounidense, George W. Bush, después de cuatro años de relaciones no muy cercanas entre ambos.
Los apoyos que los socialistas consigan para la investidura de Zapatero son sólo para esta elección y no para el resto de la legislatura, en la que el gobierno parece inclinarse por no aliarse con ningún partido y buscar sólo apoyos puntuales para votar decisiones en las cámaras.
Los nacionalistas catalanes de CiU y los vascos del PNV negaron el martes su voto al nuevo presidente del Congreso, el socialista José Bono.
El Partido Nacionalista Vasco (PNV, moderado) también se negó el martes a contribuir a sacar al partido nacionalista ANV, suspendido por la justicia española, de la alcaldía de Mondragón, donde el 7 de marzo fue asesinado un ex concejal socialista.
El nuevo portavoz socialista en el Congreso, José Antonio Alonso, declaró este miércoles que esa decisión es «profundamente lamentable», «pone las cosas difíciles y tendrá consecuencias serias». «Vamos a meditar seriamente nuestra posición», advirtió a la cadena Telecinco.
La decisión del PNV podría perjudicar un acercamiento de ese partido con el PSOE para modificar el estatuto vasco, que regula las competencias de la región y que desearían ambos, aunque también lo dificulta el proyecto de referéndum para decidir el futuro de la región, a iniciativa del presidente del gobierno regional.
Pero al menos en el Congreso los partidos parecen querer dejar atrás la crispación de la pasada legislatura, con la elección de moderados en la presidencia de las cámaras y las portavocías de PSOE y de su principal opositor, el conservador Partido Popular (PP, derecha).