Preocupación por impacto del calentamiento en costas



Inundaciones, aumento del nivel del mar, erosión del suelo, impacto en la agricultura son algunos de los riesgos que amenazan a las zonas costeras si aumenta el calentamiento del planeta, una preocupación que España comparte con varios paí­ses latinoamericanos.

Densamente pobladas, las zonas costeras concentran gran actividad humana en zonas restringidas, agravando su vulnerabilidad, coincidieron en señalar los participantes de un encuentro organizado hoy por España al margen de la Conferencia sobre el Cambio Climático de Bali (Indonesia).

«El 50% de la población mundial vive en zonas costeras», recordó Jordi Galofré, del ministerio español de Medio Ambiente, para quien la principal preocupación reside en los ecosistemas de los Deltas del Ebro y el Guadalquivir.

Esta cifra asciende hasta el 70% en paí­ses como Uruguay, según Luis Santos, responsable de cambio climático del gobierno uruguayo. En Uruguay, «el 78% del PIB es derivado de las actividades de los departamentos costeros, incluyendo el turismo, el sector inmobiliario, la pesca, la navegación y los puertos», agrega Santos.

Así­, debido al dinamismo económico de estas zonas, los gobiernos enfrentan la urgente necesidad de aplicar medidas de adaptación que impidan pérdidas de ingresos en sectores de actividad que, paradójicamente, contribuyen a la vulnerabilidad de las costas.

«La erosión es muy fuerte en las zonas en las que crece el desarrollo turí­stico rápidamente», explica Eduardo Reyes, responsable del gobierno de Panamá. «Pero la gente sólo tiene estas cuestiones en cuenta cuando es demasiado tarde», agrega.

En el delta del Ebro, por ejemplo, además de medidas de adaptación al cambio climático resulta esencial «aplicar modelos agrí­colas sustentables y ahorro de agua», según Frederic Gimeno del gobierno autonómico de Cataluña.

Por su parte, la ministra española de Medio Ambiente, Cristina Narbona, no perdió la oportunidad de recordar que la aplicación de estas medidas «se ve dificultada en España por las diferentes competencias entre el gobierno central y los gobiernos autonómicos en la gestión de las costas».

Según los expertos del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), si no se hace nada para evitarlo el aumento de la temperatura mundial tendrá graves consecuencias en las costas del mundo.

Así­, el próximo siglo puede depararnos aumento del nivel del mar, degradación de la calidad del suelo y del hábitat marino, reducción de la calidad del agua e introducción de agua salada en los estuarios, con impactos en la pesca y en la biodiversidad.

Las consecuencias pueden ser dramáticas. Por ejemplo en Panamá, recuerda Reyes, los indios Kuna, que viven en islas de tan solo tres metros de altura, ven su modo de vida único amenazado por el aumento del nivel del mar.

«Creemos que tenemos que actuar porque la gente necesita acción por parte de sus gobiernos, preparándonos para afrontar un fenómeno que no sabemos muy bien cómo vamos a mitigar», afirma Reyes.

«Adaptación y mitigación van de la mano», agrega.

El objetivo de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de Bali -del 3 al 14 de diciembre- es lanzar un proceso de negociaciones que desemboquen en nuevo acuerdo internacional para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero una vez que el Protocolo de Kioto llegue a su fin en 2012.

Otro de los puntos clave que debe tratar la Conferencia es la creación de un fondo de adaptación para permitir a los paí­ses en ví­as de desarrollo hacer frente a las consecuencias del cambio climático.