La Pastoral de Movilidad Humana expresó su preocupación por el incremento en los controles y las restricciones en las fronteras, como producto de las políticas de vigilancia en México y Estados Unidos, debido al brote de fiebre porcina que afecta a la población, que podrían convertirse en razón para un mayor hostigamiento y criminalización de los inmigrantes.
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Mauro Verzeletti, secretario adjunto de la Pastoral, indicó que, pese a que ambos gobiernos no han manifestado públicamente la forma en que atenderán la situación en el ámbito de las migraciones, no se podría aceptar una mayor criminalización para estos grupos.
«Lo que ha sido siempre común es que se busca el chivo expiatorio en los migrantes; la fiebre porcina es transmitida en grupos masivos y el migrante por el monte no va en grupos masivos, generalmente va sólo con pocas personas; esperamos que el migrante no sea considerado la causa de irradiación de enfermedades», dijo Ademar Barilli, de la Casa del Migrante.
XENOFOBIA
Pese a que en México se ha visto un trato más humanitario para los inmigrantes indocumentados, la preocupación se genera, según Barilli, porque «no faltaría alguien que discrimine a los migrantes y volver a tocar el tema, para presionar para las detenciones».
Verzeletti también pidió que se dé acceso a los medicamentos necesarios, si se detectase un caso de posible fiebre porcina en un inmigrante.
Barelli aseguró que a la fecha no se ha detectado ningún caso sospechoso de fiebre porcina en la población que se atiende en la Casa del Migrante ubicada en Tecún Umán, San Marcos, empero, refirió que estarán observando a la población.