Preocupación por compra de empresas


Inversión. Una mujer observa los productos de una tienda francesa en Shangai.

En una nueva muestra del nacionalismo económico en boga en Pekí­n, China decidió frenar el apetito de los grupos extranjeros por sus empresas consideradas estratégicas.


En el borrador del proyecto de la ley antimonopolio, discutido el domingo en segunda lectura por los parlamentarios, se hace mención por primera vez al endurecimiento de las reglas existentes para la compra de empresas chinas por parte de grupos extranjeros, informó el lunes la prensa.

«No sólo se estudiará una eventual posición de monopolio, pero además se tendrá en cuenta la preservación de los intereses económicos del paí­s», indicó el periódico Las Noticias de Pekí­n.

«Desde hace poco, el problema de las fusiones-adquisiciones de empresas chinas por parte de grupos extranjeros ha adquirido importancia. Los casos de Xugong con el estadounidense Carlyle y el de Supor con el francés Seb despertaron en el paí­s la preocupación de muchas personas», afirmó el diario.

Las multinacionales buscan cada vez estar más presentes en China, incluido a través de la compra de empresas del gigante asiático, porque su desempeño en una de las economí­as más dinámicas del planeta se refleja muchas veces en su vitalidad bursátil.

Según la prensa china, las fusiones-adquisiciones representaban menos de un 5% de todas las formas de inversión extranjera directa antes de 2004, un 11% en 2004 y cerca de 20% en 2005.

Esta presencia extranjera cada vez más fuerte, incluido en el sector bancario, provocó desde el año pasado la oposición de algunos industriales o responsables oficiales, inquietos de ver sectores de la economí­a china caer en manos de extranjeros.

En agosto pasado, en un comunicado conjunto, seis ministerios indicaron que los inversores debí­an solicitar una autorización al ministerio de Comercio cuando su eventual adquisición podí­a afectar la seguridad económica de la nación.

También deben obtener una luz verde oficial si las empresas que codician pertenecen a sectores estratégicos o son marcas conocidas en China.

En diciembre, el Consejo de Estado (gobierno) trazó una lista de los sectores que el Estado quiere mantener bajo su control: producción ligada a la industria militar, electricidad, petróleo, gas, petroquí­mica, telecomunicaciones, carbón, aviación civil y astilleros.

El proyecto de ley, que serí­a adoptado en esta sesión que culmina el viernes, busca dejar sentada esta preocupación.

«Cada vez será más difí­cil para el capital extranjero entrar en China. Esto refleja un importante cambio de la actitud china hacia la inversión extranjera», estimó el economista independiente Andy Xie, basado en Shanghai.

Además, el gigante asiático, que durante largo tiempo buscó fondos extranjeros para sostener su crecimiento, tiene ahora como prioridad acabar con su abundante liquidez, recordó.

«No sólo se estudiará una eventual posición de monopolio, pero además se tendrá en cuenta la preservación de los intereses económicos del paí­s.»

Periódico Las Noticias de Pekí­n.