Preocupa la fragilidad del Estado de Guatemala por amenaza del crimen


Un operativo antinarcóticos realizado por las fuerzas del Ejército y la Policí­a Nacional Civil.

La revista Foreign Affairs, una de las más importantes a nivel latinoamericano, señala a Guatemala como Estado fallido donde el Estado es frágil, comparándolo con Honduras, donde el narcotráfico y los í­ndices de criminalidad imperan.

Eddy Coronado
ecoronado@lahora.com.gt

Las maras son utilizadas por el crimen organizado para cometer múltiples asesinatos.

La periodista Elizabeth Dickinson describe cómo Guatemala y Honduras tienen muchas similitudes donde el crimen organizado y los cárteles del narcotráfico luchan por el poder. El artí­culo de la revista Foreing Affairs los destaca como estados frágiles y con un problema grande.

Estado fallido es un término polémico, que califica de esta manera a un Estado débil en el cual el gobierno central tiene poco control práctico sobre su territorio, y en los paí­ses latinoamericanos se da un denominador común: la ingobernabilidad, y según los analistas, Guatemala cumple con todos los requisitos para convertirse en un Estado fallido.

Según los expertos, para establecer qué distingue el proceso de transición de un Estado desintegrado a uno de estructuras frágiles, debe tomarse en consideración qué tan graves son los siguientes sí­ntomas: las crisis generadas por las migraciones internas, la presencia de refugiados, los conflictos étnicos, las desigualdades económicas, el deterioro de los servicios públicos, la criminalidad, la violación de los derechos humanos y la impunidad de los servicios de seguridad.

Estos factores determinan la realidad guatemalteca, y es posible afirmar que el Estado es incapaz de establecer un legí­timo uso de la fuerza fí­sica y de proteger a sus ciudadanos de la violencia.

Elizabeth Dickinson menciona a Manuel Orozco, analista centroamericano en el Diálogo Interamericano en Washington DC, quien cuenta que «Cada vez que voy a Guatemala, encuentro a un asesinado» y «Cualquiera puede ser un blanco por cualquier razón».

NARCOTRíFICO

La nota señala que durante los últimos tres años, el narcotráfico en Guatemala y Honduras ha imperado. Un mí­nimo de 1% de la cocaí­na de Sudamérica pasó por Centroamérica tan recientemente como en el 2007; hoy, algo entre el 60 y el 90% lo hace, resalta la revista.

Además cárteles de México, sintiéndose apretados por la guerra en su contra del presidente Felipe Calderón, se han movido al sur mientras los traficantes colombianos se movieron al norte.

Y los recién llegados pelean con los cárteles locales de Guatemala y Honduras; el resultado es de un derramamiento de sangre. La Oficina de Naciones Unidas para el Control de Droga y Crimen estima que en Guatemala «algunas provincias en lugares clave del tráfico de droga, tienen las tasas más altas a nivel mundial de asesinatos».

SIN CONTROL «En Honduras y Guatemala, el Estado tiene muy limitado control sobre grandes pedazos de su territorio», dice a Foreing Affairs Kevin Casas-Zamora, un ex vicepresidente de Costa Rica que ahora pertenece a la Brookings Institution. «Por eso son tan atractivos para el crimen organizado: Ellos son Estados débiles en casi todos los indicadores». En Guatemala, 15.7 toneladas de cocaí­na fueron incautadas solo en el año 2009 mientras que la economí­a de las drogas se calcula que es el doble del Producto Interno Bruto del paí­s.

Es común el lavado de dinero, y en abril, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos amplió sus sanciones a los cárteles de México y Guatemala, colocando en una lista negra a una familia vinculada al Cártel de Sinaloa.

Pero también, dos directores de la Policí­a de Guatemala han sido retirados del cargo por supuestos ví­nculos en tráfico de drogas, lamenta la prestigiosa revista polí­tica, quien insiste en que aunque hay una comisión establecida para investigar la infiltración de alto nivel, con 15 casos, tomará años hacer algún efecto.