Las Unión Europea solicitó el sábado a Turquía que haga un manejo transparente de un escándalo de corrupción que tiende a ahondarse, ante las preocupaciones de que el gobierno intenta suprimir una investigación que afectaría a personas cercanas al primer ministro Recep Tayyip Erdogan.
El Primer Ministro reorganizó esta semana su Gabinete y despidió a ministros cruciales después del arresto bajo cargos de soborno de 24 personas, entre las que figuraban hijos de dos ex ministros.
Sin embargo, el gobernante afirmó también que su gobierno es víctima de una conjura local y extranjera para desestabilizar a Turquía y ha adoptado medidas que a decir de los detractores están dirigidas a impedir la investigación, incluida la destitución de funcionarios policiales.
Erdogan también había cambiado las disposiciones policiales a fin de que las investigaciones sobre corrupción fueran canalizadas hacia autoridades policiales y judiciales del más alto rango cercanas al gobierno, aunque una corte superior turca anuló esa medida.
En tanto, una multitud calculada en unas 4.000 personas se reunió el sábado en el centro de Ankara en una protesta que convocó el sindicato de empleados públicos. Los manifestantes pedían la dimisión del gobierno y gritaban a coro «¡Que les rompan las manos a los ladrones!».
No se informó de inmediato sobre hechos de violencia.
El viernes, la policía antidisturbios utilizó un cañón de agua, gas lacrimógeno y balas de plástico para repeler a centenares de manifestantes que intentaban llegar a la plaza principal de Estambul, mientras algunos inconforme lanzaban cohetes y petardos contra la policía. La policía también disolvió una protesta similar en Ankara.
Las escenas recordaron las multitudinarias manifestaciones antigubernamentales del tercer trimestre, derivadas de la represión del gobierno contra un plantón de ambientalistas opuestos a los planes gubernamentales para una reconfiguración de Taksim, aunque la cantidad de participantes en la campaña anticorrupción no alcanza el nivel de aquellas movilizaciones.
El titular de la Comisión de Ampliación de la Unión Europea, Stefan Fuele, manifestó preocupación por el escándalo y afirmó que éste debía ser manejado de una «manera transparente e imparcial».
Fuele celebró la decisión de la corte superior de Turquía de bloquear las nuevas disposiciones policiales sobre las indagatorias, y afirmó que la medida del gobierno había «socavado el proceder y la independencia del sistema judicial».
«Exhorto a Turquía… a que adopte todas las medidas necesarias que garanticen que las acusaciones de irregularidades sean abordadas sin discriminación o preferencias en una manera imparcial y transparente», declaró Fuele.
A través de Twitter, el canciller de Suecia Carl Bildt llamó a Turquía a regresar a «las reformas democráticas inspiradas por la Unión Europea», mientras que el ministro de Exteriores alemán Frank-Walter Steinmeier, dijo al periódico Bild am Sonntag que los países de la UE deben aclarar las acusaciones de corrupción sin importar quién esté involucrado.