La atribución del premio Nobel de la Paz a Barack Obama fue recibida con perplejidad por financistas de Wall Street, donde algunos celebraron y otros criticaron a un presidente considerado pura imagen.
«Pienso que se lo merece, lo está haciendo lo mejor que puede, tratando de mantener al mundo en paz», comentó Maria Hirak frente a la bolsa de Nueva York, temprano por la mañana cuando Manhattan se pone en marcha.
Jennifer Bonema, que trabaja en finanzas, sector devastado por la crisis y donde los ideales de paz mundial no son necesariamente una preocupación matutina, se dijo «sorprendida». Pero consideró que Obama «se lo merece» por «la esperanza de paz para el mundo» que despertó su llegada a la Casa Blanca.
Caminando apurada por la calle Broad con su vaso de café con tapa de plástico en una mano y en la otra un paraguas en previsión de un día potencialmente lluvioso, Bonema es de las incondicionales de Obama y sonríe.
«No creo que lo perjudique de ningún modo», dice. Aunque se percibe en sus palabras cierta ansiedad con relación al futuro. «Como comandante en jefe (de las Fuerzas Armadas), su campaña fue poner fin a la guerra. Tal vez no resulte práctico para él sacarnos de allí ahora, pero está tratando de poner las cosas en orden de modo a que no volvamos a estar más en esa situación».
J.P., 44 años, traje oscuro y corbata roja, está por entrar a la bolsa y no oculta su escepticismo. «Me sorprendió mucho porque no se lo merece. Es más estilo que sustancia. El Nobel es una cosa muy politizada y un concurso de belleza. Obama es simplemente visible».
«Es sesgado, sin sentido y una tontería», comenta sin dejar de caminar Mary, cuadragenaria que trabaja en el sector de los seguros.
«Â¿Qué ha hecho? Nadie sabe lo que ha hecho. No realizó nada concreto», comenta indignada. «Â¿Acaso lo van a equiparar con Teddy Roosevelt o Woodrow Wilson, otros presidentes en ejercicio que lo recibieron? Definitivamente, yo no lo haría», concluye Mary con una sonrisa tensa.
Para Bruce Schachne, financista de 44 años y ojos azules, la elección de Oslo fue buena. «Obama realmente cambió el debate público en todo el mundo e involucró más a Estados Unidos con el mundo». «Se concentró en las armas nucleares, Medio oriente, en hablar con los musulmanes, revirtiendo muchas de las políticas anteriores» de Bush.
«En Estados Unidos hay un sentimiento negativo de la derecha hacia Obama, un fenómeno que se magnifica a través de los programas radiales e internet», dice.
«Esa minoría –explica– va a odiar el hecho que le den premio Nobel porque esa gente fundamentalmente está contra el resto del mundo y contra el relacionamiento de Estados Unidos con el resto del mundo».
«Son aislacionistas y entonces van a criticar el premio Nobel de la Paz cualquiera sea el que lo reciba, así como odian a la ONU o cualquier tipo de institución que no sea norteamericana», concluye Schachne.
Las felicitaciones afluyeron tras la inesperada atribución del Premio Nobel de Paz al presidente estadounidense Barack Obama, pero los mensajes que lo instan a intensificar los esfuerzos por la paz en el mundo son igualmente numerosos, adquiriendo a veces la forma de una intimación.
Este premio es un «aliento» para todos los que desean un mundo más seguro, dijo el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, mientras la canciller alemana Angela Merkel lo consideró «una incitación» a obrar aún más en favor de la paz.
El presidente norteamericano tiene que reforzar ahora «su compromiso, en tanto que dirigente de la nación más poderosa del mundo, de continuar promoviendo la paz y el fin de la pobreza», estimó la Fundación Nelson Mandela.
«Ahora debe hacer algo» con su premio, declaró la disidente uigur Rebiya Kadeer, porque «esto aumenta las esperanzas de verlo defender las naciones oprimidas».
La Federación Internacional de Ligas de los Derechos Humanos (FIDH) se mostró igualmente exigente, exhortando al laureado a «pasar al acto».
Barack Obama, primer presidente negro de Estados Unidos, fue recompensado por haber «creado un nuevo clima en la política internacional», según el Comité Nobel.
Obama fue despertado por su portavoz, que le anunció que había recibido el Nobel, y se declaró «honrado», según un algo funcionario del gobierno norteamericano.
Irán, cuyas relaciones con Estados Unidos son particularmente tensas, fue uno de los primeros países en reaccionar, pidiendo también al presidente norteamericano que reforzara su acción en favor de la paz.
«Esperamos que (el premio) lo incite a emprender la vía que aporte justicia al mundo», dijo Alí Akbar Javanfekr, consejero del presidente Mahmud Ahmadinejad.
En Bangkok, el máximo responsable de Naciones Unidas sobre el clima, Yvo de Boer, declaró que espera que le sirva de incentivo para «comprometerse con fuerza» a favor de un nuevo acuerdo mundial sobre el cambio climático.
El Comité Nobel anunció su decisión en momentos en que el presidente norteamericano está confrontado a dos conflictos abiertos: uno en Irak y otro en Afganistán.
El presidente afgano Hamid Karzai estimó que Obama es «la persona correcta» para recibir este premio, en momentos en que reflexiona sobre el envío o no de refuerzos de soldados norteamericanos a Afganistán.
Por su parte, los talibanes condenaron la decisión del Comité Nobel, afirmando que no se ha percibido «ningún cambio de estrategia por la paz».
Obama «no ha hecho nada en favor de la paz en Afganistán, no tomó una sola medida para eso ni para hacer que el país sea más estable», estimó Zabihulá Mujahid, portavoz de los talibanes.
En cambio, Mohamed ElBaradei, director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), sostuvo que Barack Obama aporta «la esperanza de un mundo de paz».
El presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abas declaró que espera que «la paz prevalezca en Palestina y en la región bajo la presidencia de Obama».
Por su lado, el presidente israelí, Shimon Peres, afirmó en su mensaje de felicitación que el Nobel a Obama aporta «una nueva esperanza para la Humanidad».
El secretario general de la Liga Arabe, Amr Musa, se declaró «muy contento» por la atribución del Nobel de la Paz a Obama y expresó su esperanza de que ese galardón apuntale los esfuerzos de solución del conflicto de Medio Oriente.
Sorprendentemente, entre las reacciones más críticas figura la del ex presidente polaco y Premio Nobel de la Paz 1983, Lech Walesa. «Â¿Quién, Obama? ¿tan rápido? ¡Demasiado rápido! No tuvo tiempo de hacer nada. Por ahora, lo único que hace es proponer», declaró Walesa a la AFP.
En Italia, el Consejo de Ministros «aplaudió al anunciarse que Barack Obama obtuvo el Premio Nobel de la Paz», informó al terminar la runión el jefe del gobierno, Silvio Berlusconi.
En Francia, el presidente Nicolas Sarkozy estimó al felicitar a Obama que este premio «recompensa su decidido compromiso por los derechos humanos, la justicia y la propagación de la paz en el mundo».
Esa decisión «consagra el regreso de Estados Unidos al corazón de todos los pueblos del mundo», agregó.
El presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero lo considera un «respaldo» para que el mandatario «logre conquistas de paz».
Y el Vaticano espera que este Nobel contribuya al «desarme nuclear» y a «la paz en el mundo».