El polémico escritor Michel Houellebecq fue distinguido hoy con el premio Goncourt, el más prestigioso de las letras francesas, por su quinta novela, «La Carte et le territoire».
El jurado del Goncourt necesitó sólo algo más de un minuto para deliberar y atribuir el premio al libro de Houellebecq, un poeta desconocido que salió del anonimato en 1994 con el libro «Ampliación del campo de batalla».
«Nos decidimos en un minuto y 29 segundos, un récord», declaró Didier Decoin, el secretario general de la Academia Goncourt, al anunciar el premio, que es atribuido todos los años en un céntrico restaurante parisino.
«Houellebecq obtuvo rápidamente los cinco votos necesarios», indicó, subrayando que aunque la obra del controvertido escritor es «desigual», el libro premiado con el Goncourt es una «novela verdaderamente buena», que capta «la sociedad de hoy».
«Es un libro formidable, con mucho humanismo, que capta las angustias, los sueños, los delirios» de la sociedad contemporánea. «Y el Goncourt debe ser un espejo de su tiempo», recalcó.
«Admiro a un autor que puede adentrarse en el abismo, como cuando cuenta su propia muerte, y describe su cadáver», añadió Decoin. «Me digo: ¡maldita sea, yo debí de escribir eso!», admitió.
El anuncio del premio fue recibido sin sorpresas por críticos literarios y por el nutrido grupo de periodistas que se amontonaban en el pequeño salón del restaurante, ya que Houellebec era este año el favorito.
El atormentado y provocador autor, que conoció el éxito en 1998 con «Las Partículas elementales» –un alegato contra la ideología libertaria de los años 70 que ha sido traducido a una decena de lenguas–, cambia radicalmente de tono en «La Carte et le territoire», optando por un humor feroz.
En esta novela, publicada por la editorial Flammarion, el autor, que achaca sus severas depresiones y su desesperanza al abandono de su madre cuando era pequeño, sigue explorando sus obsesiones: el sexo, la soledad, la angustia, la muerte, la frustración sexual, la reproducción, «la imposibilidad de vivir».
Pero ha aprendido, demuestra, a burlarse de sí mismo.
Nacido el 26 de febrero de 1958 en La Reunión, isla francesa del océano índico, y que tras el abandono de su madre vivió con sus abuelos, Houellebecq arremete contra el mundo del arte y de los negocios, y ajusta cuentas con la prensa.
El Goncourt está acompañado sólo de diez euros, equivalente al precio de una comida en 1903, cuando fue creado, y que ahora no alcanza para mucho, aunque permite al escritor galardonado llegar a un gran público.
El segundo premio literario de Francia, el Renaudot, fue atribuido en la misma ceremonia a la novelista y realizadora Virginie Despentes, por su libro «Apocalypse bébé» (editorial Grasset), una mezcla de sátira social y thriller contemporáneo, que transcurre entre París y Barcelona.
Nacida en 1969, Despentes obtuvo el Renaudot en la undécima vuelta, por cuatro votos contra tres a Simonette Greggio para «Dolce Vita 1959-1979», indicó el jurado, que es el mismo del Goncourt.