Prelado condena cierre de radio por el gobierno


Monseñor  Abelardo  Mata condenó el cierre de la estación radial porque es una amenaza para los medios independientes.

El vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, monseñor Abelardo Mata, condenó hoy la actitud del gobierno nicaragí¼ense de haber clausurado el pasado viernes una radioemisora que operaba en el interior del paí­s, según reportó la prensa local.


Radio La Ley, que transmití­a desde la ciudad de Sébaco, 107 kilómetros al norte de Managua, era propiedad de Santiago Aburto, un detractor del gobierno del presidente nicaragí¼ense, Daniel Ortega, e integrante del grupo de la oposición liberal liderada por el ex candidato presidencial Eduardo Montealegre.

La reacción del prelado fue a través del diario La Prensa en la que señala que «todo régimen que tiende al totalitarismo, no admite voces disonantes o discordantes…»

El prelado dijo que el cierre de la estación radial es una amenaza para los medios independientes y recordó que durante el primer gobierno de Daniel Ortega durante la década de los 80 «la iglesia católica lo vivió con la supresión de la imprenta Arquidiocesana y otras radios que también fueron silenciadas…»

El cierre de la radioemisora fue ejecutado por 30 civiles armados que se presentaron a las oficinas de la radio con la orden de cierre emitido por el Instituto Nicaragí¼ense de Telecomunicaciones y Correos (TELCOR).

En la resolución, el ente regulador de las telecomunicaciones le aplica a la estación radial la violación de varios artí­culos de la ley de telecomunicaciones pero no detalla cuáles son las violaciones.

Por el sector de las organizaciones de periodistas, solamente se pronunció en contra de esta resolución la Asociación de Periodistas de Nicaragua (APN) a través de un comunicado donde señala que la acción gubernamental «es una nueva escalada del gobierno de Ortega dirigida a amedrentar y debilitar las libertades polí­ticas y de expresión en Nicaragua».

Fabio Gadea Mantilla, propietario de Radio Corporación, dijo que se está volviendo a los años 80, cuando el primer gobierno sandinista cerró espacios de comunicación.