El precio del petróleo, uno de los temas claves del Foro Internacional sobre la Energía que se celebra en Roma, representa ingresos inimaginables y una ganga para países productores como Venezuela, que este año ya sumó entradas adicionales de 9.000 millones de dólares.
«Contaremos con una entrada 9.000 millones de dólares» gracias a un nuevo impuesto proveniente de las entradas de petróleo, indicó este lunes en la capital italiana el ministro de Petróleo de Venezuela, Rafael Ramírez.
Para el ministro venezolano el aumento del precio del petróleo, que se ha quintuplicado desde 2002 y este lunes superó el récord de 117 dólares al barril, no está relacionado con la falta de oferta o tensiones geopolíticas, sino a la fragilidad del dólar.
«No es un problema relacionado con la carencia, sino con los problemas financieros de Estados Unidos», subrayó.
«El precio del petróleo no es posible que baje más» porque «los costes de producción subieron», explicó.
Para Ramírez, la devaluación de la moneda estadounidense «ha tenido un impacto terrible para la entera economía mundial y afecta los precios de la alimentación, una locura para toda América Latina», dijo.
«Es poco probable que el precio del barril de crudo caiga por debajo de la marca de los 90 dólares por barril», advirtió Ramírez.
Los países productores de petróleo no esconden la satisfacción ante la carrera desenfrenada del precio del barril, satisfechos por el aumento de la demanda de los países con economías emergentes.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) espera por su parte que el precio se sitúe a unos 95 dólares el barril en el 2009 y calcula que a medio plazo los precios se mantendrán «elevados».
Las compañías internacionales de petróleos, entre ellas el grupo de energía italiano Enel, liderado por Fulvio Conti, comparten ese análisis.
El ministro iraní de Petróleo, Gholamhossein Nozari, así como el presidente de ese país, Mahmoud Ahmadinejad, estiman por su parte que el precio del petróleo «no es tan elevado».
Si bien el precio desenfrenado genera una fuerte inflación mundial, pesa sobre el crecimiento y afecta ante todo a los países pobres, es un «maná» para los países productores.
Se calcula que el crecimiento de los países productores del Medio Oriente y ífrica será de 6,1% y 6,3% respectivamente, según anunció en la cumbre el número dos del FMI, John Lipsky.
«Aún con precios altos, la demanda sigue aumentando», señaló en una conferencia de prensa Nobuo Tanaka, director de la Agencia Internacional de Energía (AIE), quien representa en el Foro a los países consumidores.
El ministro de Energía del Qatar, Abdallah al-Attiyah, explicó en cambio que los altos precios generaban «dificultades» sobre todo en términos de «costos».
Los precios elevados son el resultado de «la debilidad del dólar, la inflación, el costo de las perforaciones, la falta de personal», explicó.
Otros países productores de la región, como Arabia Saudita, comparten las reservas de Qatar sobre los precios altos y su impacto sobre la demanda.
«No nos gusta ver los precios a ese nivel», comentó un miembro de la delegación de los países productores de la región del Golfo.
Desde el punto de vista del consumidor, el petróleo caro puede ser una forma de disuadir a la gente de usar los hidrocarburos, que contaminan el ambiente y
son la mayor fuente del efecto invernadero.
«Debido a los precios elevados la gente consume menos y se invierte más en buscar fuentes de energía alternativas», reconoció Tanaka.
Para el director de la AIE los precios resultan «demasiado altos» para los países en vía de desarrollo, que padecen además por los altos costos de los productos agrícolas.