Yo siempre había creído que los guatemaltecos éramos excepcionalmente astutos e inteligentes, pues cuando estudié becado fuera del país veía cómo mis paisanos sobresalían en todas las ramas y no se dejaban meter cutas por nadie, pero al parecer sólo fue una percepción temporal, pues ahora veo como los políticos nos llevan y nos traen y nos ponen como ellos quieren.
Esta triste historia de cómo somos engañados empieza desde mucho antes, pero para no hacerla tan larga solo partiré de la reunión que tuvo el Presidente con diputados de la Gana, donde se metieron en una encerrona, para tratar lo de las obras que les habían quitado a sus departamentos y su posible rectificación. Al salir de la encerrona eso fue lo que declararon, que les habían restituido sus obras, pero no dijeron que eso solo era la taza de café que se habían tomado al final de la cena y nada se habló de las viandas que les sirvieron y del suculento postre que el Presidente les ofreció.
A muchos guatemaltecos se les olvidó lo que posiblemente se habló en esa reunión, pero el Presidente 15 días después, nos cuenta, no en forma clara, sino en una forma muy sutil de que hay muy buenas relaciones con la Gana y que cree que tenga problemas de que se autorice un crédito de Q400 millones mensuales para obras sociales o sea Q4,800 millones anuales, lo que quiere decir que compró a los diputados para que lo autoricen a salir en caballo blanco, aunque deje el país embrocado. Si fuera solo en caballo blanco no hay problema, pero el problema es que necesitará de mulas para que le carguen las alforjas, que no irán precisamente vacías.
Aunque para muchos es buena oportunidad de saber qué diputados son vendidos, corruptos y ladrones, yo no creo que sea buena forma de probarlo, pues los que pagarán el pato serán nuestros nietos, mientras que los nietos de los que ahora nos gobiernan, estarán en las mejores universidades del mundo o rascándose la panza en las playas de Cancún.
El que ha de estar risa y risa es el ex presidente Alfonso Portillo, pues muy pronto perderá su fama, pues ya no será el presidente más corrupto que haya tenido Guatemala, pues ya habrán otros que serán ricos y famosos.
Por favor presidente Chávez, si es cierto que quiere un poquito a Guatemala, no permita que con el famoso pretexto del gasto social, nos dejen en la calle.
Que Dios se apiade de Guatemala y posiblemente de mi alma.