Por unos comicios seguros


Existe el deseo unánime en relación al evento electoral ya cercano, en el sentido que tenga total seguridad y garantí­a de respeto a la voluntad del electorado. Los sectores que conforme a la Ley están inmersos en este proceso, tienen obligación de coadyuvar a su desarrollo conveniente.

Juan de Dios Rojas
jddrojas@yahoo.com

El Tribunal Supremo Electoral (TSE), rector del suceso en ciernes, estuvo en un estira y afloja con el Congreso para su financiamiento previo. Importa la transparencia en el manejo al centavo, que vele asimismo mediante mecanismos a su alcance, a fin que ni una sola nube llegue a oscurecer y arruine de consiguiente el panorama.

Determinante papel tiene el TSE, otro tanto las autoridades deben complementarlo con su participación decidida. El ministerio de Gobernación, el de Defensa, como la Policí­a Nacional Civil de manera conjunta y coordinada, a los efectos de salir adelante, sin desórdenes de ninguna clase.

Ocupan posición de primer orden las empresas prestatarias del servicio eléctrico a nivel nacional. Cualquier fallón (apagón) en el sistema dejarí­a muchas dudas, máxime que provocarí­a una piedra en el zapato, causante por el clima de inseguridad, actualmente problema pendiente de solución.

El abanico de candidatos y partidos polí­ticos en una acción deseable, son llamados a escribir una página limpia en la historia, durante dicho proceso. La ciudadaní­a ansí­a que su protagonismo no contravenga la democracia, tampoco el auténtico civismo para arribar a un final civilizado.

Guatemala merece que sus hijos propicien y eleven su prestigio, tan necesario en momentos donde deben salir a luz actitudes de orden positivo y por ende constructivo. Apelar a que todos y todas pongan de su parte lo mejor en aras del bien común, junto a la seguridad general no es mucho pedir.

A tí­tulo individual el paí­s, a las puertas del evento electoral exige de cada votante que acuda a las mesas y urnas receptoras, con una actitud conciente y responsable. Sea del área urbana o rural; reclama también su decisión conforme los intereses y necesidades urgidos de solución.

La ciudadaní­a como el gran elector conlleva una función relevante, empero si desví­a un ápice su rol especí­fico hacia aspectos fuera de foco, concluirí­a por avivar y extender la psicologí­a del rumor. Crea un clima de desorientación en la lí­nea vigente de «bolas» sin qué ni para qué.