El máximo artillero de Boca Juniors, Martín Palermo, confesó ayer que se vio obligado a dejar el fútbol por una lesión en la rodilla izquierda que mantuvo en secreto para «no dar excusas».
El «Titán» contó en diálogo con radio La Red que arrastra la molestia desde las primeras fechas del torneo Clausura.
«Después de un partido apareció la rodilla inflamada, con líquido… Al principio pensé que era una lesión de ese partido, pero me siguió y me afectó todo el campeonato. Por eso, cuando me pedían que siguiera, yo sabía que no podía aguantar una nueva pretemporada, a los 37 años y con tantas exigencias sobre mi físico», reconoció Palermo.
El atacante, que marcó 227 goles en el fútbol argentino, contó que «tuvieron que infiltrarme dos veces, algo que nunca había querido hacer. Y todas las semanas me daban inyecciones para que el líquido se fuera». Pese a ello, «seguí jugando y entrenando porque sabía que eran mis últimos seis meses y quería estar. No quería parar y ver qué pasaba».
También dijo que «no lo quise decir en su momento para no excusarme».
El capitán de Boca se despidió del fútbol el último sábado en el empate 2-2 ante Gimnasia de La Plata en el cierre del campeonato local.
«Por ahora no me siento un ex jugador, porque estoy de vacaciones, como todo el plantel. Pero el 2 de julio, cuando se reintegren a los entrenamientos, ahí sí lo voy a sentir. Pero no me voy a arrepentir», enfatizó.
Palermo, que adelantó se tomará seis meses de vacaciones para luego dedicarse a la dirección técnica, también se refirió a su problemática relación con Juan Román Riquelme, el otro ídolo boquense.
«Fuimos compañeros dentro de la cancha, pero podría contar muchísimas cosas que si no se dijeron en su momento, no lo voy a hacer ahora», disparó el goleador.
«Nunca supe los motivos por los que la relación cambió, ni tampoco ninguno de los dos lo hablamos. No creo que con el tiempo volvamos a hablar, pensamos muy diferente y somos diferentes», concluyó Palermo.