En días pasados recibí de un amigo el discurso pronunciado por el doctor Guillermo J.H. Mizraji en ocasión de la graduación de abogados de la Universidad de Buenos Aires, acontecida hace poco tiempo, en donde dicho académico se pronunciaba sobre el populismo.

Decía el doctor Mizraji, “El populismo cala hondo. Manipula al pueblo para satisfacer al caudillo de turno. Pretende una sociedad sin contradicciones, sin disenso, sin pluralidad. No ama la democracia, la soporta. En el populismo siempre molesta la división de poderes, la alternancia política, la independencia de la justicia. Inyecta pereza en el pensamiento, se atrofia la lógica”.

Si bien el académico ya relacionado se refería a la coyuntura que ha vivido Argentina a través de la sucesión de gobiernos de los  Kirchner e incitaba a los graduados a pelear en contra del populismo, sus palabras pueden ser examinadas mucho más allá de las fronteras Argentinas y traerlas a colación en ocasión de la ya actual campaña electoral que vivimos en Guatemala y en donde las ofertas populistas y electoreras se comunican en millonarias campañas sin ningún tipo de control.

Basta escuchar el discurso de Baldizón impulsando el Bono 15 como oferta de campaña o a Alejos pretendiendo que se convoque a una Asamblea Nacional Constituyente conjuntamente con las elecciones generales, para darse cuenta que poco importan las consecuencias de las ofertas, siempre y cuando algo pesquen dentro del mercado electoral o dicho en otras palabras poco importa el medio si se consigue el fin.

Y es que como decía Mizraji en su discurso, el populismo inyecta pereza en el pensamiento y sin duda esta pereza hace ver atractivo lo que conseguiré hoy sin importar que con el paso del tiempo, ese supuesto bienestar individual se transforme en un malestar general.

Debe por supuesto estar claro todo mundo que el populismo no tendría oportunidad alguna en un pueblo con educación u oportunidades y es por ello que la mejor forma de combatir el populismo es con ideas e inversión, de tal forma que las propuestas baratas y electoreras no tengan asidero  posible.

En mi opinión, es deber de todos y cada uno de los que hemos sido afortunados con tener una educación, impulsar que la misma educación sea para todos y en el tanto eso sea posible, denunciar y poner en evidencia aquellas campañas que desde ya denotan un candidato populista, pues el peligro no está en que participen o en que se manifiesten como populistas, si no en que finalmente podrían  llegar al poder.