Ponen a Fujimori contra la pared


El ex presidente de Perú, Alberto Fujimori, tiene una larga serie de acusaciones que poco a poco está afrontando con la justicia de su paí­s. Ya mereció una condena por un delito, pero podrí­a acumular más años de sentencia.

El testimonio de un ex comando del ejército, quien aseguró que Alberto Fujimori autorizaba las acciones de aniquilamiento contra presuntos terroristas, encendió la polémica por la presunta culpabilidad del ex gobernante peruano, juzgado por violaciones a los derechos humanos durante su gestión.


La versión de Julio Chuqui, brindada ayer ante el tribunal que juzga a Fujimori, impactó mediáticamente porque es el primero de los cinco integrantes del Grupo Colina interrogados por el tribunal que incrimina directamente a Fujimori con las acciones que realizó este destacamento contra las guerrillas de Sendero Luminoso (maoí­sta) y del MRTA (guevarista).

Las versiones del testigo van en apoyo a la tesis de la Fiscalí­a que acusa a Fujimori como «autor mediato» de dos matanzas en que 25 personas fueron ejecutadas por el clandestino grupo militar Colina en 1991 y 1992, al fragor de la guerra sucia contra las guerrillas izquierdistas en el conflicto interno peruano.

La Fiscalí­a pidió 30 años de prisión para el ex mandatario, de 69 años, quien alega ser inocente y que culpa de las atrocidades a mandos medios del ejército que no cumplieron sus directivas de respetar los derechos humanos.

La confesión de Chuqui, un suboficial del ejército de 59 años, preso por algunos de los asesinatos perpetrados por el Grupo Colina, fue tomada por organismos de derechos humanos como una prueba de la responsabilidad de Fujimori aunque en medios jurí­dicos se pidió cautela.

Gloria Cano, abogada de los familiares de las ví­ctimas de los casos Barrios Altos (1991, 15 muertos) y La Cantuta (1992, 10 muertos), opinó hoy que «la creación de Colina formaba parte de un plan que tuvo que obedecer a un plan aprobado por instancias superiores».

«A estas alturas ya no hay duda de la impunidad con la que actuaba este grupo, el nivel de conocimiento y complicidad de altos mandos del ejército y del gobierno», expresó.

El abogado penalista Julio Rodrí­guez dijo que la declaración debe ser tomada en un contexto global pues los demás miembros del grupo Colina rechazan esa versión, según declaró a la radio RPP.

Chuqui es un testigo impropio al acogerse a la colaboración eficaz y no se le toma juramento, explicó el jurista citado por RPP.

«En la medida que involucre a la mayor cantidad de personas encima de él, es que obtendrá un beneficio de la norma de colaboración eficaz, que puede llegar incluso a reducirle la pena a mí­nimos muy bajos», detalló el abogado.

El defensor de Fujimori, César Nakazaki, empleó ayer más de tres horas en tratar de desacreditar las alegaciones contra el ex presidente indicando que sobre los mismos hechos Chuqui «tiene 26 declaraciones con nueve versiones distintas».

«Un informe de la fiscalí­a dice que (Chuqui) es mitómano», advirtió el abogado de Fujimori.

El testimonio despertó también cautela en diarios como El Comercio y Perú 21, que recordaron que se trata de un militar que se acogió a un mecanismo judicial de colaboración eficaz para recibir beneficios penitenciarios.

El diario El Comercio recordó además que los testimonios de los agentes del grupo Colina «son los de asesinos confesos. Hay que cruzar las versiones para llegar a la verdad».

Para el diario La República, «el testimonio asegurando que el ex presidente estaba al tanto de crí­menes le complica el panorama».

El juicio a Fujimori se inició el 10 de diciembre a un ritmo de tres audiencias semanales. Se estima que durarí­a nueve meses en los que cuales deben acudir 80 testigos, entre los cuales el ex jefe del ejército, general Nicolás Hermoza, y Vladimiro Montesinos, ex asesor de inteligencia y eminencia gris del régimen.