En la sociedad, el trabajo es un deber y es un derecho. Para ser útil debe asumirse la responsabilidad de desarrollar una actividad laboral, la cual no está circunscrita exclusivamente a depender, a ser un asalariado.
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Los niños, los adolescentes desarrollan al estudiar, una actividad equivalente a un trabajo social. La madre, la esposa dentro del hogar desenvuelve una labor tan importante y tan respetable para su familia como la que se desarrolla cuando el hombre y la mujer trabajan externamente.
La política laboral está contemplada y regulada en la Constitución de la República y en el Código de Trabajo, su jerarquía jurídica es de primer orden, no pueden disminuirse, ni tergiversarse las normas y ventajas laborales.
Los papas en diferentes encíclicas se han referido al trabajo y seguramente debemos considerar como la encíclica más importante en ese aspecto «Rerum novarum» del papa León XIII, quien hace cien años contempló y estableció importantísimos conceptos y parámetros en relación al trabajo.
Mi núcleo familiar y empresarial ha considerado que el trabajador y el empleador son socios industriales, en los que el uno y el otro son complementarios. En el transporte, mis padres fueron pioneros desde 1945, fuimos los primeros en establecer un sistema donde creamos y respetamos la existencia de un salario base, adicionamos el derecho a horas extras, pago que no es obligatorio en el transporte por considerarse que puede remunerarse a destajo, establecimos viáticos e incentivos por metas de productividad. Ello nos permitió durante muchos años tener una excelente relación laboral y una grata relación personal.
Durante mis años de directivo en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, Gerente e Interventor, fui ponente de consolidar el descanso pre y post natal, evitando así que por errores humanos las mujeres embarazadas perdieran días de su descanso prenatal por un diagnóstico impreciso, aspecto que al aprobarse por la junta directiva logró que los días que no se hubiera gozado en el descanso prenatal se adicionaba al descanso post natal, beneficiándose así tanto a la madre como al recién nacido.
Como diputado al Congreso de la República fui miembro de la Comisión de Trabajo, ponente con Juan Francisco Alfaro (qepd) de varias mejoras al Código de Trabajo y ponente de la iniciativa de consolidación de todos los ingresos, prestaciones y bonificaciones para efectos de indemnización a favor de los trabajadores del sector público.
En el cargo de vicepresidente apoyé la actualización del código, de salarios mínimos las cuatro veces que se hizo y en función de presidente tuve el honor de firmar dos de los acuerdos que aumentaron y actualizaron los salarios mínimos. Ojalá que el actual gobierno sea distinto al de Berger y la Gana, y supere nuestra política laboral.
El gobierno de Berger se autodenominó un gobierno empresarial y con esa excusa empobreció a todos los trabajadores privados y públicos al no actualizar y aumentar el salario mínimo y las prestaciones económicas. Celebrar el Día del Trabajo no es suficiente, el Ejecutivo y el Legislativo deberían, durante el presente mes, aprobar una nueva bonificación salarial y así mejorar en este momento de crisis el ingreso de todos los asalariados. (Mea culpa. El viernes anterior improcedentemente confundí Moisés con José; gracias a las múltiples observaciones).