Polí­ticos no deben relegarla


ílvaro Colom, candidato a la presidencia.

Mario Mérida

Centro de Estudios Estratégicos y de Seguridad para Centroamérica (CEESC)

La discusión relativa a la inteligencia nacional debe superar las concepciones ideológicas que siempre trae consigo, especialmente en paí­ses que han estado inmersos en conflictos internos como el caso guatemalteco, que ha logrado superar, parcialmente, esa situación gracias al proyecto académico-prospectivo «Hacia una polí­tica de seguridad para la democracia» (1999-2002), realizado con el respaldo institucional de FLACSO-Guatemala, WSP-Internacional, PNUD, UNOPS y el apoyo financiero de Noruega y de USAID, en el que coincidieron diversos sectores y personas individuales interesadas ?incluyéndome? en debatir y compartir ideas acerca de la seguridad en democracia. Uno de los temas tratados fue el relativo a los servicios de inteligencia, cuyos resultados trazaron la ruta que dio vida a la Ley Marco del Sistema Nacional de Seguridad ?SNS? y el Sistema Nacional de Inteligencia ?SIN? (Decreto 3608, 27/03/2007).


El SNS atiende la Defensa y la Seguridad en función de los objetivos nacionales que puedan ser afectados por las nuevas amenazas transnacionales; entre las que se incluyen al crimen organizado y sus diferentes expresiones capaces de afectar la gobernabilidad, además del terrorismo debido al valor geoestratégico de Guatemala en la región.

Hay avances

En nuestro paí­s existen avances claramente definidos en la iniciativa de Ley Marco del Sistema Nacional de Seguridad que tienen como objetivo especí­fico establecer las normas jurí­dicas de carácter orgánico y funcional para la realización coordinada de las actividades de seguridad interior, exterior y de inteligencia por parte del Estado, para que de manera integrada, sistematizada, eficiente y eficaz estén en capacidad de anticipar y dar respuesta efectiva a riesgos, amenazas y vulnerabilidades; a fin de prevenirlos, enfrentarlos y contrarrestarlos, con plena observancia del respeto a los derechos humanos y los tratados internacionales de los cuales el paí­s es signatario.

Este Sistema es conformado por la Presidencia de la República, los ministerios de Relaciones Exteriores, Gobernación, Defensa Nacional, la Procuradurí­a General de la Nación, Conred, la Secretarí­a de Inteligencia Estratégica del Estado, la Secretarí­a de Asuntos Administrativos de la Presidencia. Otro aspecto importante de conocer por la sociedad guatemalteca es la institucionalización de la carrera profesional de quienes lo integraran, que comprende la formación, capacitación, profesionalización, sanción, evaluación, remoción y promoción. Así­ como la delimitación de sus ámbitos referidos a la Seguridad Interior, Seguridad Exterior, Inteligencia de Estado y Gestión de Riesgos y Defensa Civil.

La responsabilidad del esfuerzo de inteligencia atañe al SIN a cargo del Presidente y conducido administrativamente por el Secretario de Inteligencia Estratégica del Estado, quien coordinará a la Dirección de Inteligencia Civil del Ministerio de Gobernación, la Dirección de Inteligencia del Estado Mayor de la Defensa Nacional del Ministerio de la Defensa, así­ como a otras dependencias que puedan aportar información de valor, para la seguridad y defensa del Estado. Con la finalidad de que las dependencias de inteligencia no realicen acciones ajenas a su función, se han establecido Controles Democráticos, que engloban tres grandes aspectos. Los externos, que corresponden al ámbito de los Organismos Legislativo, Judicial y el Control Ciudadano, reconocido por la Constitución de la República ?el derecho de petición y el acceso a archivo y registros estatales .

Probabilidad de éxito

Un Sistema de Inteligencia, como el descrito, asegura mayor probabilidad de éxito del Estado, en el cumplimiento de los fines asignados constitucionalmente, como lo son: la Protección de la persona (artí­culo 1°) y sus Deberes (artí­culo 2°) y, en consecuencia una mejor respuesta en contra de la delincuencia común, el crimen organizado y sus diferentes expresiones? Siempre que exista la convicción de los funcionarios involucrados, que su actuación responde a una práctica de carácter socio-polí­tica y no la respuesta a un suceso aislado para responder a demandas sectoriales o situaciones coyunturales, de tal manera que es importante establecer puntualmente a quién afecta, su origen y el impacto en determinado espacio, lo cual incluye el análisis coyuntural y estructural.

Finalmente cabe mencionar el criterio de algunos expertos, teóricos y estudiosos del funcionamiento de los sistemas de inteligencia, respecto a los principios que deben regirlos en la práctica, entre los que resaltan la integralidad, la continuidad, concepción centralizada y ejecución descentralizada, unidad de dirección, flexibilidad y coordinación en todas direcciones. La puesta en práctica y el desarrollo exitoso del Sistema de Seguridad Nacional y del Sistema de Inteligencia Nacional guatemalteco, al mismo tiempo de permitirle al Estado cumplir con sus fines, asimismo, mejorará las relaciones internacionales de nuestro paí­s, para lograr y proveer una mejor cooperación en el combate al crimen transnacional.