El trabajo dignifica, y es considerado como una oportunidad para muchas cosas, entre ellas, para alcanzar a cumplir los compromisos que los seres humanos adquieren durante su vida, por lo que además de ello, es un requisito sine qua non para que un país pueda desarrollarse plenamente y alcanzar ese famoso estado de bienestar que persiguen todos los ciudadanos.
Al ver ejemplos de los denominados países en vías de desarrollo como Guatemala, y también ver países desarrollados como los europeos, ambos en circunstancias económicas no favorables, uno de los primeros indicadores que saltan a la vista es la tasa de desempleo. Y es que en materia de trabajo, muchos son los aspectos colindantes con esa falta de oportunidades, especialmente en países donde no existe la seguridad social o las oficinas de empleo masivo, instituciones que en otras latitudes, facilitan el proceso de acomodamiento para una etapa post laboral. Ni que hablar tampoco del derecho a una indemnización por el tiempo de servicio, todo esto muchas veces no alcanzado por los trabajadores u objeto de reclamo ante los tribunales laborales. Y de ese punto de partida, se pueden conocer toda una serie de otras consideraciones, especialmente en materia de acceso a la justicia laboral o bien de verificación y supervisión de los derechos laborales por parte de las instituciones de gobierno, esencialmente el Ministerio de Trabajo y Previsión Social para el caso de Guatemala.
En América Latina y en general en países donde las políticas laborales no son desarrolladas, se conocen de violaciones claras a los derechos humanos, principalmente porque algunos inversionistas temáticos, como las maquilas y ahora los call centers, explotan a sus trabajadores, ofreciéndoles mejores sueldos a los tradicionales, pero obligándolos a trabajar horas extras no remuneradas o bien sin descansos; peor es aun cuando inclusive conllevan riesgos del trabajo o derivados del trabajo. Pero esto en la historia no es nuevo, conocidos son los factores desde la época de la esclavitud en la colonización, hasta las circunstancias de las migraciones laborales, que se contratan por cualquier paga y condición, para alcanzar a quedarse, buscando un mejor destino. Por ello los antecedentes de los famosos “teamsters” o trabajadores organizados, algo que se vio como una gran conquista en Estados Unidos y que hoy agrupa a trabajadores en busca de respeto a sus derechos. Los sindicatos, sin embargo, parecieran haber perdido su fuerza original en cuanto al reconocimiento social, o inclusive ante los propios trabajadores, aunque para muchos son sinónimo de fuerza, ejercicio de un derecho de asociación y mecanismo para alcanzar el respeto a los derechos laborales.
Pero todo este elemento se ha caracterizado principalmente porque el Estado ha tenido una ausencia notoria (y no solo en Guatemala) sobre verdaderas políticas laborales que promuevan el empleo con calidad, denuncien los abusos que se cometen, además de sancionar a los infractores, y gestionen el cumplimiento de las leyes de trabajo en general, mismas que durante los últimos 50 años han logrado un avance significativo en su aprobación, tanto a nivel nacional como internacional. Lamentablemente el hecho de estar aprobadas, no significa que las mismas se cumplan o bien que se cuente con los recursos mínimos para verificar la obediencia de empleados y empleadores, en la relación más antigua que se conoce desde la creación de las relaciones sociales del ser humano.
Lo que si es cierto es que sin esas políticas laborales tan necesarias, los trabajadores y sus familias sufren cada vez más en lograr mejorar sus propias condiciones económicas y sociales, por lo que el Estado también sufre o se atrasa en sus propios objetivos del bien común. Por ello, si como las teorías libertarias lo describen, la persona debe por sus propias iniciativas alcanzar una sostenibilidad que logre su progreso, entonces es inevitable pensar en que los Estados requieren buscar mecanismos para brindar las mismas oportunidades a todos y todas, algo que solo con efectivas políticas públicas se consigue, y de las cuales Guatemala pareciera tener una gran brecha. Feliz Día del Trabajo digno para tod@s.