Sigo pensando en la creación e instalación del CONSEJO NACIONAL DE EDUCACIí“N, que la comisión nombrada para tales fines tiene que hacer y sobre todo en las FUNCIONES que se le van a asignar. Es interesante leer las definiciones de las dos palabras en el título de este artículo. El PODER es tener expedita la facultad de hacer algo. Si la aplicamos al CNE, su función es hacer algo en el campo específico de la educación. Quiere decir que las personas nombradas en este campo, tienen que entender cómo es y cómo funciona el campo educativo y cómo se puede actuar para el beneficio del mismo y sus miembros, léase niños, maestros, padres de familia y comunidad en general. Otra acepción de la palabra poder, es tener la facultad y jurisdicción para ejecutar algo. Aplicado al CNE, significa que tendrá tanto la facultad como la jurisdicción para influenciar y ordenar el campo educativo en los 108,000 Kms.2 de extensión de Guatemala y así constantemente estarán ejecutando algo.
Pues, ¿cuál es ese algo? Es la POLíTICA EDUCATIVA. El término política significa tener las orientaciones y/o directrices que rijan la actuación en el campo educativo. Para tener las orientaciones y directrices correctas para el campo educativo de Guatemala, es necesario que las personas involucradas en el Consejo, sean educadores que puedan demostrar la puesta en acción de esas orientaciones y directrices.
Quiero considerar seis políticas y seis poderes (no es una lista exhaustiva) que el CNE debe tener:
1. Política organizativa nacional: Se reorganiza para dar nuevas oportunidades en el siglo XXI a los niños, maestros y comunidad. La democracia se logra si la comunidad en su totalidad local, nacional -no sólo padres de familia- se involucran en el proceso para todos sus miembros.
2. Política de trato: Las prioridades sean los niños para que puedan tener éxito en su proceso de formación para el siglo XXI; que la siguiente prioridad sea apoyar y ayudar a los maestros para que sus acciones en el aula sean lo mejor para los niños. La siguiente prioridad es que todos los miembros de la comunidad del siglo XXI, puedan ser beneficiarios de la influencia educativa.
3. Política de diversidad cultural: En Guatemala existe una cantidad variada de culturas que hay que tomar en cuenta en el proceso educativo. La cultura occidental individualista es lo que tenemos hoy día demostrado en la aplicación de exámenes estandarizados. Al contrario, lo que afecta a los niños de otras culturas, es que su cultura es «comunitaria», ergo, afecta la metodología que se usa en el aula, en las evaluaciones, que no van de acuerdo al sistema «individualista» del occidente, que es influencia extranjera.
4. Política metodológica: En esta política es esencial coordinar con el punto dos, los niños son la prioridad de todas las metodologías. Fíjense que la palabra está en plural. Sí, es indispensable que todos los maestros puedan usar múltiples metodologías en su quehacer en el aula. Para eso hay que tener la siguiente política.
5. Política de preparación y seguimiento: En este punto hay que hablar de la preparación inicial de los maestros y el programa de seguimiento, lo que es el entrenamiento en servicio. Las escuelas normales tendrán que ponerse al nivel del siglo XXI. Es hora de cambiar y pedir como requisito, el tener que terminar una carrera educativa universitaria de por lo menos cuatro años para estar en el siglo XXI. De acuerdo al punto No. 1, la reorganización permitirá que todos los maestros en servicio tengan la oportunidad de seguir aprendiendo y poniendo los conocimientos especialmente los tecnológicos, en práctica, en todas sus modalidades.
6. Política evaluativa: La real evaluación de un proceso educativo es más compleja que administrar un solo examen al año. La evaluación tiene que ir de acuerdo a como se dio el tema, actividad educativa o experiencia educativa. Por eso la evaluación es variada y múltiple y sobre todo, constante en su aplicación. Continuará…