Polí­tica exterior


Esta tarde he querido titular con estas dos palabras la columna que cierra un capí­tulo en la vida polí­tica de Guatemala y en mi vida profesional. He de retornar al paí­s en un momento en el cual se define el futuro polí­tico de los próximos cuatro años, luego de mi permanencia por cuestiones de una investigación a la que fui invitado a participar en la Universidad de Ming Chuang en Taiwán.

Lic. Carlos Escobedo

Durante el presente proceso electoral que está por concluir el próximo 4 de noviembre el tema de la polí­tica exterior someramente ha sido abordado ?solamente cuando la coyuntura lo demanda se aborda con mayor intensidad temas como migrantes, Belice o atracción de inversiones?, es de entender desde la lógica que los guatemaltecos nos encontremos más preocupados por las realidades nacionales con las que tenemos que convivir dí­a a dí­a.

En estos 41 años de vida el destino me ha permitido acumular desde el campo diplomático, polí­tico y académico, vivencias, experiencias, lecciones que cada vez que me resulta posible intento transmitir, sea desde la práctica profesional, como docente o en el ejercicio de pensar y escribir a través del análisis radial o escrito como la presente columna.

Espero modestamente estar aportando en un tema prioritario, bien sea para generar crí­tica y debate cientí­fico, para la elaboración de tesis, en la docencia o en la formulación e implementación de polí­tica exterior que idealmente responda a las demandas de los ciudadanos y a los intereses supremos de un Estado, fuerte, ágil, moderno, dinámico que todos los guatemaltecos anhelamos.

Para la formulación e implementación de una polí­tica exterior, cualquier Estado, Guatemala no es la excepción, se deberá contar entre otros con un presupuesto fortalecido para la Cancillerí­a. En el caso guatemalteco considero vital, la creación de una Agencia Guatemalteca de Cooperación Internacional (en función de la dualidad en doble ví­a a la que me he referido en otras columnas); la coordinación de instrumentos de negociación polí­tica, comercial y de cooperación intergubernamental es vital para evitar la dualidad, la interferencia y la confusión; la creación de un Instituto de Estudios Estratégicos Internacionales, resulta vital de cara a la coyuntura y la dinámica anárquica del Sistema Internacional, así­ como para la elaboración de una polí­tica exterior planificada y precisa (Ej.: Colegio de México, que en algunos casos asesora a la Cancillerí­a); por último y no por ello menos importante, la modernización del servicio exterior guatemalteco, entre los que se mencionan la Academia Diplomática y la aprobación de una nueva Ley del Servicio Exterior (la vigente data de mediados de los 60’s). Aquí­ debo detenerme para reconocer el esfuerzo de valiosí­simos guatemaltecos, que con esfuerzo y entrega han dejado y continúan dejando los mejores años de su vida dignificando la diplomacia nacional.

Me permito contextualizar, modestamente y a mi entender, algunos de los más importantes temas que el próximo presidente y su canciller deberán considerar; así­: Belice, migrantes, apertura comercial (TLC’s), inversiones extranjeras, relaciones con Taiwán y China, Consejo de Seguridad y la valida aspiración nacional a integrarlo, integración centroamericana, que incluye temas que van desde la seguridad hasta el económico, movilización paulatina del poder hegemónico hacia el Asia, agenda mundial (que incluyen temas polí­ticos: terrorismo, misiones de paz, etc. y económicos). Como toda polí­tica pública los ejes temáticos y transversales resultan siendo tantos y tan complicados que esperamos exista la capacidad y la voluntad polí­tica para abordarlos. Finalmente, en la próxima columna habré de presentarles someramente, por cuestión de espacio, algunos elementos sustentados desde el mayor rigor cientí­fico algunas de las principales conclusiones sobre el estudio que he titulado: Relacionamiento entre la República Popular de China y la Republica de Taiwán. Incidencia para y de Guatemala en el contexto.