Polí­tica de ocultamiento


Por más esfuerzos que se puedan hacer para encontrar una razón lógica que pudiera justificar la decisión absurda del gobierno de mantener en secreto el manejo de los recursos de Mi Familia Progresa, no puede uno hallarla porque si todo se está manejando de manera honesta y transparente, el mismo gobierno serí­a el más interesado en trasladar a la población todos los datos para que se pudiera corroborar ese extremo. En otras palabras, el ocultamiento sólo puede responder a la necesidad de escamotear datos para hacer manejos politiqueros e impropios de un programa que debiera ser el estandarte de un gobierno que se dice solidario con los más pobres.


Sabiendo que la opinión pública le tiene puesto el ojo a esos programas, y que las grandes interrogantes sobre transparencia giran a su alrededor, cualquiera con dos dedos de frente pero, sobre todo, cualquiera que no tenga nada que esconder, se esmerarí­a por hacer de ese manejo millonario de recursos la más clara muestra de amplia información para acabar con la maledicencia. Imagine por un momento el lector que alguien le acusa de un mal manejo y siendo que eso no es exacto, lo lógico, lo natural y lo correcto es explicitar toda la información para desmentir los infundios. Si en cambio, el señalado se empecina en ocultar datos y se resiste a informar sobre sus actos, deja lugar a que la gente piense que hay algo podrido. Con la paja que están usando ahora de que todos los datos se niegan por razones de seguridad y para que no vayan a secuestrar a los beneficiados, hay que decirle al Ministro de Cultura que no vaya a dar los datos ni siquiera de los bailarines del ballet o de los músicos de la sinfónico, no vaya a ser que los exponga a que sean ví­ctimas de secuestro porque ellos ganan más que lo que reciben las familias que está «protegiendo» el régimen para evitar que por la remesa vayan a ser ví­ctimas de la violencia. Seguir ocultando datos es una prueba fehaciente de que es mucho lo que están escondiendo y que las cosas no se están manejando de manera clara y honesta.

 

OBLIGADA ACLARACIí“N: En la nota publicada ayer sobre la manifestación de maestros se dijo que 45 mil docentes habí­an atendido el llamado de Acevedo, lo cual evidentemente fue una burda exageración. Según el personal de Redacción fue un error mecanográfico y no manipulación de datos, lo cual tenemos que creer, aún con el mal sabor que deja inflar de esa manera cifras para magnificar una protesta que fue masiva, pero no abrumadora.