La policía en Los íngeles comenzó a rodear el campamento de Ocupemos Los íngeles el martes por la noche, casi dos días después de que se venció el plazo para que los manifestantes desalojaran el lugar, mientras los activistas del mismo movimiento en Filadelfia marchaban por las calles después de ser expulsados de su sitio.
Policías antimotines de Los íngeles sosteniendo bastones se colocaron en la calle haciendo frente a una línea de manifestantes mientras cientos exclamaban «El pueblo unido jamás será vencido». Algunos entonaban el himno nacional con cornetas mientras un helicóptero volaba en círculos.
Más de 1.000 oficiales que se prepararon para el operativo afuera del Dodger Stadium fueron informados sobre la posibilidad de violencia y de que los manifestantes podrían lanzar de todo, desde concreto hasta grava y heces humanas.
«Por favor colóquense sus máscaras y cuídense las espaldas unos a otros», les dijo un supervisor. «Ahora a trabajar».
Los oficiales equipados con cascos y esposas de plástico enganchadas a sus cinturones fueron llevados al centro a bordo de 30 autobuses de la ciudad.
Las autoridades planean declarar ilegal la asamblea y dar a los manifestantes la oportunidad de irse. Aquellos que no se vayan serán arrestados.
El operativo fue planeado en la noche porque el centro está en su mayoría vacío, con oficinas cerradas, menos peatones y tráfico. Pero podría volver más vulnerables a los oficiales.
«Es más difícil para nosotros ver cosas, ver bombas trampa», dijo el teniente Andy Neiman a los reporteros. «Operar en la oscuridad nunca es una ventaja».
Casi la mitad de unas 500 carpas permanecían después de que el lunes venció el plazo de una orden judicial para retirarse y los manifestantes que quedaban no mostraban señales de intentar irse del campamento en Los íngeles, que lleva semanas y es uno de los más grandes que quedan en Estados Unidos.
Antes de las 11 de la noche la policía ya había cerrado las calles que rodean al campamento.
La acción en Los íngeles sucede después de que la policía en Filadelfia dio a los manifestantes tres advertencias para desalojar y comenzaron a quitar sus tiendas alrededor de la 1:20 de la mañana del miércoles.
Algunos manifestantes en Los íngeles dispararon fuegos artificiales cerca del campamento donde los activistas están hablando de los preparativos de emergencia.
«Esta es una noche monumental para Los íngeles. Haremos lo que necesario para proteger el campamento», declaró Gia Trimble, del equipo de prensa de Ocupemos Los íngeles.
200 arrestados
En un alarde de fuerza, 1.400 policías allanaron hoy por la mañana el campamento de Ocupemos Los íngeles, desalojaron a los activistas y detuvieron a más de 200 manifestantes que se negaron a marcharse. En Filadelfia, una redada similar concluyó con 50 detenidos, pero en ambas ciudades las operaciones fueron relativamente pacíficas.
El jefe de policía Charlie Beck indicó en una conferencia de prensa que las detenciones fueron en su mayor parte pacíficas y que no hubo heridos.
Según Beck, no se hallaron drogas ni armas en el allanamiento.
Más de 1.000 policías con cascos, bastones y fusiles con balas de goma allanaron el campamento desde todas direcciones y con precisión militar, desmantelaron las carpas que aún quedaban desde hace dos meses y detuvieron a quienes desobedecían sus órdenes.
La policía de Los íngeles y Filadelfia allanó los campamentos de Ocupemos Wall Street durante la noche para detener y ahuyentar a los activistas más recalcitrantes, ya que movimientos de ocupación similares había concluido en el resto del país.
Unos 50 manifestantes fueron detenidos en Filadelfia.
En Filadelfia unos 40 manifestantes fueron detenidos cuando se negaron a abandonar una calle situada a varias cuadras del ayuntamiento, dijo el jefe de policía Charles Ramsey. Esposados, fueron cargados en autobuses por los agentes. Otros seis fueron detenidos horas antes en una calle que la policía intentó desalojar.
El alcalde de Los íngeles, Antonio Villaraigosa, alegó motivos de seguridad y salud pública al anunciar la semana pasada el desalojo del parque, mientras que en Filadelfia los agentes dijeron que los manifestantes debían marcharse para permitir unas obras de renovación con un precio de 50 millones de dólares.
Equipos de cuatro o cinco agentes avanzaron entre la multitud efectuando detenciones, una por una, maniatando a los manifestantes con esposas de plástico. Varios manifestantes se sentaron en círculo con los brazos entrelazados, muchos de ellos con aspecto calmo y sonriente.
En Filadelfia, Ramsey dijo que el desalojo del campamento durante la madrugada ayudó a minimizar las interrupciones a empresas y el tránsito rodado.
«Reconocemos que tenemos que abandonar este lugar … aunque por otra parte esto ha sido nuestra casa por dos meses y nadie quiere que lo desalojen de su casa», dijo en Filadelfia el manifestante Bri Barton, de 22 años, aunque que la policía comenzara el desalojo.
«Tengamos o no este espacio, nuestro trabajo en la ciudad no ha concluido ni con mucho».
En Los íngeles, la operación policial fue planeada al amaro de la noche porque el centro de la ciudad está casi vacío, aunque un vocero dijo que esa circunstancia podría hacer a los agentes más vulnerables.
«Es más difícil que veamos cosas, que veamos trampas cazabobos», dijo a los reporteros el teniente Andy Neiman. «Trabajar en la oscuridad nunca es ventajoso».