Una persona murió y cinco resultaron heridas de gravedad en el suroeste de China en un choque entre la policía y manifestantes por un conflicto relacionado con tierras, indicaron hoy las autoridades y un grupo de defensa de derechos humanos.
Según la red «Defensores de los Derechos Humanos en China», la policía disparó ayer contra unos cien habitantes del pueblo de Saixi, en la provincia de Yunnan, que protestaban contra el asentamiento de una mina de wolframio y mató a uno de los manifestantes.
La misma fuente precisó que unos 20 manifestantes también fueron golpeados y algunos de ellos detenidos por la policía.
Las protestas empezaron cuando los lugareños no aceptaron las condiciones de indemnización propuestas por el grupo Zijin, una de las compañías mineras más importantes de China.
La situación degeneró cuando se puso en marcha la construcción de la mina, precisó «Defensores de los Derechos Humanos en China».
La agencia semi-oficial Noticias de China señaló por su parte que las fuerzas del orden dispararon al aire en un primer momento. Sin embargo no lograron dispersar a los manifestantes, que atacaron a los agentes con piedras, ladrillos y navajas.
Un comunicado publicado en su sitio Internet por el gobierno del distrito de Wenshan señaló que once manifestantes resultaron heridos. De ellos, uno murió posteriormente en el hospital. Asimismo, cinco policías resultaron también heridos.
«Después de unos disparos de advertencia que no produjeron el efecto deseado y dado que la seguridad personal de la policía estaba en peligro, (los agentes) se vieron obligados a recurrir a armas antidisturbios -porras y escudos, según la ley- para defenderse», añadió la nota.
Por su parte, la agencia Noticias de China señaló la vuelta a la tranquilidad en el pueblo tras los incidentes, citando a responsables del gobierno local y de la policía.
Contactadas, las autoridades de Yunnan no quisieron hacer declaraciones.
Los conflictos relacionados con tierras se multiplicaron en China en los últimos años.
La tierra, que es propiedad estatal en China, es objeto de numerosas expropiaciones ilegales porque es una importante fuente de ganancias para los gobiernos locales.
Los campesinos de las zonas rurales y de las periferias de las ciudades se lamentan porque se ven privados de sus tierras de cultivo sin recibir indemnizaciones convenientes.
Según la red «Defensores de los Derechos Humanos en China», en la provincia de Hainan (sur) también se produjeron enfrentamientos entre la policía y unas 6 mil personas que se oponían a la construcción de un campo de golf entre el 9 y el 13 de abril.