
La policía antimotines de Grecia disparó gas lacrimógeno para replegar a pequeños grupos de manifestantes que les lanzaban piedras y bombas incendiarias cerca del Parlamento, durante una protesta contra las medidas de austeridad en las que participaron más de 20.000 personas frente al Parlamento.
ATENAS / Agencia AP
Mientras tanto, el gobierno buscaba iniciar un debate para obtener la aprobación de nuevos recortes presupuestarios que les ayuden a garantizar algunos préstamos internacionales de rescate.
Los enfrentamientos ocurren en momentos en que el primer ministro George Papandreou enfrenta una revuelta interna al seno de su gobernante Partido Socialista a causa de las medidas de austeridad, se reunía con el presidente del país para hablar sobre la grave crisis de deuda de Grecia.
Mientras el gas lacrimógeno se esparcía hacia la céntrica Plaza Sintagma, los manifestantes, que protestaban contra las medidas de austeridad se replegaron hacia las barricadas puestas por la policía para que los manifestantes no impidieran el paso de los legisladores hacia el Parlamento.
Hubo algunos pleitos entre los mismos manifestantes pues algunos que estaban en la manifestación que había sido pacífica se enfrentaron con grupos de jóvenes anarquistas y trataron de expulsarlos de la protesta.
En medio de estos sucesos, continuaba una huelga general de 24 horas convocada por los principales sindicatos seguía su marcha y un gran sector del centro de Atenas fue cerrado a todo tipo de tránsito vehicular y de transeúntes pues la policía organizó un enorme dispositivo de seguridad para permitir que los legisladores pudieran llegar al parlamento a bordo de sus automóviles.
Unos 5.000 policías, entre ellos centenares con equipos antimotines y algunos que patrullaban las calles en motocicletas fueron convocados a trabajar y emplearon autobuses estacionados y barricadas para evitar que los manifestantes rodearan el edificio.
Por lo menos 11.000 manifestantes se congregaron pacíficamente en la Plaza Sintagma, frente al parlamento, según informó la policía.
«Renuncien, renuncien», gritaban los manifestantes afuera del Parlamento. Entre los participantes había personas de todas las edades y muchos llevaron a niños pequeños a quienes cargaron sobre sus hombres para protegerlos de la multitud.
La huelga de 24 horas, convocada para protestar contra las medidas de austeridad por los principales sindicatos del país afectaron los servicios públicos.
Entre las medidas que intenta aplicar el gobierno del primer ministro George Papandreou se contemplan recortes de último minuto y que se extenderían hasta después que haya concluido su mandato.
El gobierno necesita aprobar un nuevo programa de austeridad para el trienio del 2012 al 2015 y que tendría un valor de 28.000 millones de euros (40.500 millones de dólares) en este mes, o enfrentarán la posibilidad de ya no contar con un paquete de préstamos de financiamiento por 110.000 millones de euros (159.000 millones de dólares) de manos de países europeos del Fondo Monetario Internacional.
Para poder cumplir con esos compromisos, el partido Socialista de Papandreou renunció a una promesa de no imponer nuevos impuestos y preparó un programa de privatizaciones de cuatro años, valuados en 50.000 millones de euros (72.000 millones de dólares) lo que generó nuevas protestas contra esas medidas de austeridad por parte de empleados de servicios públicos y de otros grupos afectados por las medidas.