El proyecto de Estados Unidos de instalar su escudo antimisiles en Europa del este es la primera manzana de la discordia en materia de política exterior para la gran coalición alemana y provoca una fuerte polémica en Berlín, donde el recuerdo de la Guerra Fría aún está vivo.
El Partido Socialdemócrata (SPD), socio de gobierno de la canciller íngela Merkel y a la baja en las encuestas, multiplicó sus críticas con respecto al plan para jugar la carta del antimilitarismo, popular en Alemania.
La estrategia de Estados Unidos, que consiste en levantar un escudo antimisiles y modernizar su arsenal nuclear al tiempo que prohíbe a otros países desarrollar el arma atómica, atenta «contra la seguridad de todos», según Gernot Erler, secretario de Estado del ministerio alemán de Relaciones Exteriores.
«Esto no contribuye a garantizar la paz ni la estabilidad en el mundo», aseguró Erler.
El presidente del SPD fue todavía más claro: «Es un error creer que más armas conducen a una mayor seguridad. No tenemos necesidad de más misiles», aseguró recientemente Kurt Beck.
Sin embargo, el ministro alemán de Defensa, el conservador Franz Josef Jung, defendió el proyecto de los escudos, y afirmó que «la amenaza de misiles es real».
Según el Pentágono, el proyecto está dirigido contra los «Estados parias», entre los que se incluyen Irán y Corea del Norte.
«La multiplicación de armas de destrucción masiva y sus sistemas representa un peligro creciente también para Alemania», aseguró Jung, para quien «se requieren opciones de acción creíbles».
A través de su portavoz, la canciller Merkel ha advertido sobre una división de Europa en torno al tema.
El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank Walter Steinmeier, quien se debate entre su militancia en el SPD y sus funciones, había declarado en Berlín que «nosotros no queremos una nueva carrera armamentista en Europa», aunque luego afirmó en Washington que el proyecto estadounidense es «legítimo».
Para Henning Riecke, experto de la Sociedad Alemana de Política Exterior (DGAP), «el SPD pretende reforzar su perfil de partido político pacifista» en momentos en que Merkel ha llevado a cabo una exitosa campaña diplomática a nivel europeo.
Alemania, que ha solicitado que las discusiones se mantengan en el marco de la OTAN, no tiene poder de decisión en la materia, según Riecke.
Polonia, quien no considera a la Unión Europea (UE) ni a la OTAN como garantes de su seguridad y que se sumó a Washington en la guerra de Irak, inició consultas con Estados Unidos con vistas a instalar un silo de lanzamiento de diez misiles de intercepción en su territorio.
La construcción de una estación de radar en República Checa es objeto de negociaciones entre Washington y Praga.
Rusia es un severo crítico del proyecto estadounidense.