El alcalde de la pequeña isla de Tilos, en el Mar Egeo, celebró hoy las dos primeras bodas entre parejas del mismo sexo en Grecia, provocando la inmediata reacción de la justicia y abriendo una batalla sobre los derechos de los homosexuales en ese país europeo.
Anastassios Aliferis, alcalde socialista de la capital de la isla, casó a las dos parejas, una de hombres y otra de mujeres, en presencia de unos 30 testigos, entre habitantes de esa isla del sureste del Egeo y militantes a favor de los derechos de los homosexuales.
El alcalde celebró las uniones en base a que la ley sobre el matrimonio civil adoptada en 1982 no precisa que las bodas tengan que ser necesariamente entre personas de sexos opuestos.
Varias horas después de la ceremonia, el fiscal de Rodas, que también tiene jurisdicción sobre Tilos, señaló la nulidad de las bodas y pidió al alcalde que no las inscriba en el registro civil.
El fiscal también abrió una investigación preliminar por una presunta «falta de responsabilidad» del alcalde.
«No hay marco legal que autorice matrimonios homosexuales en Grecia (…) la ley concierne clara y exclusivamente a las parejas heterosexuales», reaccionó también Sotiris Hatzigakis, ministro de Justicia del gobierno conservador griego, al calificar las uniones de hoy de «ilegales e infundadas».
El fiscal del Tribunal Supremo, Georges Sanidas, advirtió la semana pasada que la celebración de esas uniones podría ser declarada «nula e ilegal».
«Los matrimonios ya figuran en el registro civil. No voy a anularlos», respondió el alcalde de Tilos.
«En virtud de las leyes europeas, la administración no puede hacer discriminaciones, Espero que los responsables reflexionen, para evitar el ridículo» de Grecia», recalcó.
A menudo víctimas de discriminaciones y prejuicios, los homosexuales y las lesbianas griegos planificaron las bodas hace varios meses y declararon estar dispuestos a llevar el caso hasta el Tribunal Europeo de Derechos Humanos si es necesario.
«Se acaba de dar un paso hacia la igualdad, que es nuestro objetivo», se congratuló Evangéli Vlami, responsable de la Unión Griega de Homosexuales (OLKE), una de las recién casadas, de 47 años.
El segundo matrimonio tuvo como protagonistas a un militante en favor de los derechos de los homosexuales, Dimitris Tsabrunis, de 40 años de edad, y a su compañero de 25.
Los colectivos homosexuales iniciaron su campaña a raíz de la decisión del gobierno de excluir a las parejas del mismo sexo de un pacto de unión libre actualmente en preparación.
El ministro de Justicia confirmó hoy la intención gubernamental.
Según un reciente sondeo, un 48,3% de griegos se oponen a la legalización de las uniones entre personas del mismo sexo frente a un 45,1% que las aceptan.
Pese a las protestas vehementes de ciertos altos dignatarios, la influyente iglesia ortodoxa griega está guardando una inusual discreción, negándose a tomar posición por el momento.
«Esas personas están fuera de la Iglesia, el asunto no nos concierne. Pueden hacer lo que quieran», dijo el padre Timoteo, portavoz del nuevo jefe de la iglesia ortodoxa griega, monseñor Ieronimos. Su antecesor, que murió en marzo, había calificado la homosexualidad de «vicio».