Al menos 17 personas murieron el lunes en actos de violencia en Irak, mientras el primer ministro Nuri Al Maliki pidió que las fuerzas estadounidenses suspenden la construcción de un controvertido muro en torno a un enclave sunita en Bagdad.
El atentado más mortífero dejó 10 muertos y 20 heridos cerca de Mosul (norte) donde un coche bomba estalló en las inmediaciones de la sede del Partido Democrático Kurdo, en Tal Isquf (30 km al norte de Mosul), indicó el encargado de la comunicación del partido Abdul Gani Ali.
Entre las víctimas habría milicianos kurdos (peshmerga).
En Bagdad, dos personas murieron y 10 resultaron heridas en un atentado suicida cerca de un restaurante donde un kamikaze hizo estallar su cinturón con explosivos, según el ministerio del Interior.
El atentado se produjo a unos metros de la puerta de acceso principal en la zona verde. En este sector ultraprotegido del centro de Bagdad se encuentra la embajada estadounidense en Irak y varios ministerios iraquíes.
Siempre en la capital, un coche bomba estalló en un estacionamiento también situado cerca de la zona verde. No se pudo obtener en lo inmediato informaciones sobre eventuales víctimas.
Estos atentados se producen en un contexto de polémica porque las fuerzas estadounidenses están construyendo un muro alrededor de un barrio sunita de Bagdad, el que debería proteger a su población contra los actos de violencia comunitarios. Una iniciativa vivamente criticada por los habitantes y diputados iraquíes.
El lunes, los militares estadounidenses anunciaron la continuación del «diálogo» con el gobierno iraquí «para establecer medidas de sguridad eficaces y apropiadas».
Esta prudente declaración es consecutiva a la formulada por Al-Maliki en la que se opone a la construcción del muro de Adhamiya, uno de los últimos enclaves sunitas en el este chiita de Bagdad.
«Me opuse a la construcción del muro y su construcción se suspenderá», declaró el Primer Ministro iraquí durante una visita a El Cairo.
El objetivo de la construcción del muro de Adhamiya no es el aislar el barrio sino protegerlo, precisó el Primer ministro iraquí, agregando haber pedido que se encuentran otros medios para proteger Adhamiya.
Según el ejército estadounidense, está destinado a impedir que eventuales escuadrones de la muerte chiitas cometan atentados para hacer huir a los sunitas del barrio, como también que los insurgentes sunitas utilicen este reducto como base para ataques en los barrios chiitas.
Desde El Cairo, donde inició una gira regional para preparar la conferencia internacional sobre Irak a comienzos de mayo en Egipto, Maliki afirmó que la violencia en su país «no se debía a un conflicto confesional sino a Al-Qaida y a sus aliados».
En Bagdad, algunos parlamentarios también criticaron vivamente este muro.
El diputado kurgo Mahmud Osman lo interpretó como «un signo evidente de que la política de Estados Unidos y de nuestro gobierno fracasaron en garantizar la seguridad».
Otros lo compararon al ex Muro de Berlín, construcción de 155 km de largo que durante 28 años aisló el enclave de Berlín oeste del territorio de la República democrática alemana.
Al parecer Al-Maliki aludió a éste cuando declaró que el muro de Adhamiya hacía recordar a «otros muros en el pasado».
Líneas de separación
El polémico muro de 5 km que los norteamericanos comenzaron a erigir para proporcionar «seguridad» a un barrio sunita de Bagdad, a pesar de que el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, pidió que detuvieran inmediatamente su construcción, tiene numerosos antecedentes en el mundo.
El presidente estadounidense, George W. Bush, promulgó en octubre de 2006 una ley que autoriza la construcción de un muro en la frontera con México, con el fin de contener las oleadas de inmigrantes desde América Latina.
A mediados de octubre pasado, Arabia Saudita decidió vigilar con una barrera electrónica sus 900 km de fronteras con Irak.
En junio de 2002, Israel inició la construcción de una «cerca defensiva» de 650 km a lo largo de la «línea verde» con Cisjordania para prevenir atentados palestinos. Dicha barrera, compuesta por alambres de púas, fosos, cercas electrónicas y muros de hormigón, llega en algunos sectores a 9 metros de altura.
Existen separaciones análogas en las fronteras con Jordania, Líbano y Siria.
En Chipre, desde 1974, una «zona tapón» o «línea verde» separa a los chipriotas griegos y turcos. Está formada por un muro en Nicosia, la capital, y una línea de demarcación de unos 180 km de este a oeste. En marzo de 2007, los chipriotas griegos demolieron un muro que simboliza la división de Chipre en el centro de Nicosia.
A principios de los años ’80, Marruecos edificó varios muros (2.300 km de largo y 2 a 3 metros de alto) en el Sáhara occidental contra las incursiones del Polisario.
En Irlanda del Norte, católicos y protestantes de Belfast están separados por vallas desde los años ’70 (15 metros de alto, de hormigón, metal y rejas).
En agosto de 1961 se construyó la Cortina de Hierro entre la RDA y la RFA, y el Muro que cortaba a Berlín en dos. Inicialmente estaba integrado por 12 km de placas de hormigón y 137 km de alambrados de púas. Fue derribado el 9 de noviembre de 1989.
Corea del Norte y Corea del Sur están separadas por una zona desmilitarizada, fijada después del armisticio que puso fin a la Guerra de Corea, en 1953.
Francia construyó la línea Maginot (que los nazis rodearon a partir de mayo de 1940) y Alemania la línea Siegfried y el Muro del Atlántico, desde Noruega hasta Francia).
Estos dispositivos de protección no son nuevos. El muro de Adriano (122 a 127 después de Cristo), a lo largo de unos 100 km desde el Mar de Irlanda al Mar del Norte, protegió al Imperio Romano de las invasiones bárbaras durante tres siglos.
El muro más antiguo es la Gran Muralla de China, edificada en el siglo III antes de Cristo a lo largo de unos 7.000 km, con 8 metros de altura y 6 de ancho.
El embajador de Estados Unidos en Bagdad y un general iraquí defendieron el lunes la edificación de un muro de 5 km alrededor de un enclave sunita de la capital en el barrio de Adhamiyah, una iniciativa sumamente criticada por habitantes y diputados iraquíes.
«Es evidente que la finalidad no consiste en crear una segregación entre las comunidades», sostuvo el embajador norteamericano Ryan Crocker durante su primera conferencia de prensa en Bagdad después de su llegada el mes pasado.
Por su parte, el general iraquí Qassim Atta consideró que esta cuestión de «barrera de seguridad fue exagerada por los medios» de comunicación, y advirtió que su construcción continuará tal como estaba previsto.