Polar, en la mira de Chávez


Vista de una estanterí­a en un supermercado con una mayonesa manufacturada por Polar. FOTO LA HORA: AFP Miguel GUTIí‰RREZ

La más importante y popular empresa venezolana de alimentos y bebidas, Polar, está de nuevo en la mira del presidente Hugo Chávez quien, ajeno al costo polí­tico, amenazó esta semana con nacionalizarla por supuestamente «acaparar» productos y «conspirar» contra su gobierno.


«Aquí­ en Venezuela se acabaron los invulnerables, se acabaron las vacas sagradas, esto es una revolución», aseguró el mandatario.

Cada mes, Polar distribuye en el paí­s unas 100.000 toneladas de productos como harina, cereales, quesos, salsas, congelados, helados, enlatados, alimentos para animales, además de su popular cerveza y bebidas gaseosas.

Gracias a esta producción, que la hace lí­der del mercado, en «Polar se creen imprescindibles, se creen que son Venezuela», criticó Chávez esta semana.

«Si tu crees, Lorenzo Mendoza, que a las empresas Polar yo no me atrevo a nacionalizarlas, estás bien equivocado», dijo en un mensaje al presidente del grupo, quien según el mandatario forma parte de una «burguesí­a de pacotilla, sin patria».

«Te acepto el reto, vamos a ver quien aguanta más, vamos a pulsear. Tú con tus millones o yo con mi moral, Mendoza, porque tú eres un ricachón, tú vas al infierno, al cielo no vas», arengó Chávez, cuyo gobierno ha nacionalizado desde 2007 numerosas empresas en sectores estratégicos.

El enfrentamiento de Chávez con Mendoza no es nuevo. En marzo de 2009, el mandatario le advirtió de que si seguí­a «agrediendo al gobierno», quitarí­a «todo a la Polar».

Casi un año después, el mandatario ve a Mendoza incluso como un posible adversario electoral en las presidenciales de 2012, cuando Chávez aspirará a un nuevo periodo de seis años.

«La burguesí­a cree que, como en otros paí­ses, en estos años, han estado ganando elecciones grandes empresarios, gente rica, Mendoza es uno (…) y él ya se cree presidente. Cuidado Mendoza», le advirtió.

Lorenzo Mendoza, que no se ha pronunciado sobre estos señalamientos y nunca ha manifestado aspiraciones polí­ticas, será cuestionado la próxima semana en la Asamblea Nacional (Parlamento), dominada por el oficialismo.

En estos dí­as, centenares de empleados del grupo han defendido a la dirección de la empresa y pidieron al gobierno que les deje trabajar en paz.

A Polar, que fue acusada por Chávez de «acaparar» alimentos para «hacer daño al pueblo», se le confiscaron 114.000 kilos de alimentos en uno de sus almacenes la semana pasada por presentar «irregularidades» en sus inventarios.

«Es imposible que haya acaparamiento, debido a que cada kilo de cada producto que elaboramos es supervisado estrictamente por los organismos del Estado en todo el proceso de producción y distribución», argumentó Polar.

Las acusaciones contra el grupo privado coinciden con un escándalo dentro de la comercializadora de alimentos PDVAL (a cargo de la estatal petrolera PDVSA), en cuyos almacenes fueron halladas, según cifras extraoficiales, unas 70.000 toneladas de alimentos descompuestos, importados en 2009 pero que nunca llegaron a los puntos de venta.

Al reaccionar al escándalo, el presidente de PDVSA, Rafael Ramí­rez, aseguró que «llegará el momento» en el que las redes nacionales de distribución de alimentos «sean hegemónicas» y estén bajo «el control de la revolución».

Ramí­rez también culpó a «los oligarcas», que controlan parte de la red alimentaria, de un «boicot» al gobierno.

Por su parte, Chávez, sin pretender «minimizar la gravedad» del hecho, indicó que este lote de productos descompuestos «no representa ni el 1% del gigantesco caudal de alimentos que ahora sí­ llega al pueblo».

Además de PDVAL, el gobierno cuenta con otra red de comercialización de alimentos a precios subsidiados: Mercal.

«Para la revolución el tema alimentario es estratégico (…). De 2003 a 2007, hemos distribuido más de 10 millones de toneladas, 7 millones son importadas», dijo este viernes el ministro de Alimentación, Félix Osorio.

En Venezuela, un paí­s esencialmente importador de todo lo que consume, los alimentos básicos, cuyos precios son fijados por el gobierno, escasean por temporadas en los supermercados y el volumen de ventas está por lo general regulado.