“Déjame que me calle con el silencio tuyo. (…) Déjame que te hable también con tu silencio.â€
Pablo Neruda
“Me gustas cuando callas porque estás como ausente, / y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. / Parece que los ojos se te hubieran volado / y parece que un beso te cerrara la boca.†Son los primeros cuatro versos del Poema 15 del celebérrimo poeta, premio Nobel de Literatura de 1971, Pablo Neruda de su libro “Veinte poemas de amor y una canción desesperadaâ€.
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El poeta se deleita en esa aparente ausencia de su amada, pero se satisface aún más cuando ella rompe el silencio con una palabra, porque ratifica su presencia.
Sin embargo, lejano a las musas y a la inspiración poética, la realidad de las relaciones hombre-mujer, sobre todo en países como los nuestros, tercermundistas, son muy diferentes. La mujer, que pese a los adelantos en derechos humanos, aún está relegada a un segundo plano, como si su estatus de persona fuera inferior a la del hombre.
En muchas casas guatemaltecas, ciertamente, al hombre le gustaría que la mujer callara, para que parezca “como ausente†y “distanteâ€, tal como era el ideal poético de Neruda. Es increíble, por ejemplo, que ayer se diera una vista pública en la que tres abogados impugnaron tres artículos de la ley contra el Femicidio ante la Corte de Constitucionalidad (CC), por considerar que éstos violaban el artículo 4 de la Carta Magna, que establece que debe haber igualdad entre hombres y mujeres.
¿Igualdad? Estamos a favor de ella cuando no supone desventaja, pero no somos capaces de reconocer que nuestra sociedad es profundamente desigual. Mientras tanto, en las afueras de la CC, grupos de mujeres se manifestaron en contra de estos intentos que pretenden que la violencia intrafamiliar continúe.
“Me gustas cuando callas y estás como distante. / Y estás como quejándote, mariposa en arrulloâ€, dice el poeta, en palabras que fácilmente retomarían estos tres abogados.
Lastimosamente, la violencia intrafamiliar, especialmente contra la mujer, es uno de los delitos con mayor impunidad en el país. Los tres abogados alegaban ayer, en la vista pública, que los problemas internos de la casa, no son del derecho público, y que deben resolverse a lo interno de la familia. El problema es que las cifras de la violencia intrafamiliar desbordan el ámbito personal y se pasan a la esfera pública.
Allí está, por ejemplo, el caso de Cristina Siekavizza, desaparecida. Los indicios dan como sospechoso al propio esposo. La violencia ha alcanzado a los niños Barreda Siekavizza, así como ha alcanzado a miles de niños que sufren, diariamente, la violencia intrafamiliar, quizá no de una manera directa, pero al menos sí de forma presencial. í‰ste es el modelo familiar que se está enseñando en la mayoría de casos, el cual se replica y multiplica a gran escala en la esfera social pública.
“Me gustas cuando callas porque estás como ausente. / Distante y dolorosa como si hubieras muerto.â€
Jefry Emmanuel Castañaza Romero fue capturado ayer en San Lucas Sacatepéquez. Desde hace un mes, se le buscaba por ser el principal sospechoso del asesinato de su abuelita y su prima de 9 años. Otro ejemplo de violencia que se vive dentro de la casa, y que aquellos tres abogados no quieren que se conozcan en la esfera pública, sino a lo interno de la familia. ¿Por qué esperar a que estos casos ocurran?
Ahora, Jefry Emmanuel alega un estado de desorden mental. No se acuerda. Tiene lagunas mentales, dice. Pero, a pesar de que su mente está en blanco, asegura que, en todo caso, no violó a la niña. Y mientras él utilizará estos y otros recursos legales, abuela y nieta permanecerán en silencio, como permanecen en silencio miles de mujeres que sufren de la violencia intrafamiliar. “Eres como la noche, callada y constelada. Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.â€
Me gustas cuando callas porque estás como muerta, y parece que una bala te cerrara la boca.