Podrí­an devolver un Vermeer


Tres años después de la espectacular restitución de cinco cuadros de Klimt robados por los nazis, el Kunsthistorisches Museum (KHM) de Viena tiembla ahora por una obra de Vermeer, mientras persisten las dudas sobre la procedencia de otros lienzos expuestos en museos austriacos.


El ministerio de Cultura austriaco acaba de reconocer que ha recibido una reclamación de restitución de «El arte de la pintura», testamento artí­stico del maestro flamenco Johannes Vermeer (1632-1675), expuesto desde 1946 en el prestigioso KHM.

La obra fue adquirida en 1940 por Adolf Hitler para el «Museo del Fí¼hrer», que proyectaba construir en su ciudad de Linz, en el norte de Austria.

«Su restitución serí­a una pérdida muy dolorosa. Se trata de una pieza absolutamente incomparable», estimó la directora del KHM, Sabine Haag, que consideró «muy prematuro» plantearse tal hipótesis.

En virtud de una ley adoptada en 1998, Austria ha restituido unas 10 mil obras robadas durante el Tercer Reich, que anexionó Austria en 1938.

íšltimo ejemplo hasta la fecha, Linz restituyó en abril pasado un lienzo de Gustav Klimt al heredero de una familia judí­a expoliada por los nazis, tal como hizo el Museo de Belvédí¨re de Viena con los cinco cuadros de Klimt en 2006.

El caso de la obra de Vermeer parece más discutible, según conocedores del tema.

Este cuadro, propiedad de los condes austriacos de Czernin desde el siglo XIX, fue vendido oficialmente por 1,65 millones de reichsmarks al dictador nazi por Jaromir Czernin.

Las reclamaciones de restitución presentadas hasta los años 60 por la familia habí­an sido rechazadas porque la venta fue voluntaria y por un precio apropiado.

Pero, según un nuevo peritaje solicitado por la familia, esta venta fue forzada. Casado con una mujer de origen judí­o y yerno de Kurt von Schuschnigg, dictador austriaco en el poder de 1934 a 1938 y destituido por los nazis, Jaromir Czernin «se vio forzado a vender para asegurar la existencia de su familia», según el abogado de los herederos, Andreas Theiss.

Sin embargo, un primer examen del peritaje facilitado por la familia «no aporta ningún elemento nuevo», señaló al diario Der Standard la responsable cientí­fica de la Comisión austriaca encargada de establecer la procedencia de las obras, Eva Blimlinger.

En realidad, según el diputado Wolfgang Zinggl (Verdes, oposición), uno de los promotores de las restituciones de cuadros en Austria, «este caso puede ocultar casos mucho más evidentes y que han acumulado demasiado retraso».

En el punto de mira se encuentra el museo Leopold de Viena, que posee una decena larga de obras, entre ellas siete lienzos del pintor del movimiento Secesión Egon Schiele, consideradas desde hace mucho por la comunidad judí­a de Austria como robadas.

A diferencia de la mayor parte de los restantes museos de arte austriacos, este establecimiento es privado y no está sometido directamente a la ley de 1998.

«Para las colecciones públicas en cambio, los museos siguen sin protestar y con celeridad las recomendaciones de la comisión», se congratula Zinggl.

Esta comisión, cuyas indicaciones aplica el Estado, investiga sistemáticamente el origen de todos los objetos incluidos en las colecciones públicas austriacas desde la anexión al Tercer Reich en 1938.

En 2006, el Estado austriaco no pudo comprar los cuadros de Klimt, entre ellos el célebre retrato de Adele Bloch-Bauer de 1907 revendido por los herederos por la suma récord de 135 millones de dólares.

Un orden de precios al que también puede pretender «El arte de la pintura», sobre todo teniendo en cuenta que sólo existen en el mundo menos de 40 cuadros de Vermeer.

En 2004, un pequeño formato de Vermeer fue vendido por más de 24 millones de euros por Sotheby»s.