La generación dorada de España, que llegó a Sudáfrica como favorita sabiendo que había ganado a casi todos los candidatos al título la última vez que los enfrentó (Italia, Alemania, Francia, Inglaterra y Argentina), aún no lo hizo con Holanda, rival en la final del Mundial-2010.
El equipo encabezado por Xavi, Andrés Iniesta, Carles Puyol e Iker Casillas aterrizaron en tierra sudafricana confiados en que le tenían tomada la talla a las potencias, salvo el pentacampeón mundial Brasil, el ogro al que todos temían y contra el que no se había enfrentado nunca en sus años de esplendor.
A lo largo de ese proceso, la Roja estableció plusmarcas, como 15 victorias consecutivas y 35 duelos invicto, hasta que Estados Unidos le ganó 2-0 en la semifinal de la Confederaciones-2009, una instancia que la víspera España superó en el Mundial con triunfo 1-0 ante Alemania.
«Felicitaciones para España. Creo que van a ser campeones del mundo. Son los mejores desde hace dos o tres años», reconoció el DT alemán Joachim Lí¶w. «En el juego, son tan buenos que nos llevaron hasta el límite. Tienen una manera de hacer correr la pelota, que sólo nos queda correr tras ella», añadió.
Fue la reafirmación española de su supremacía ante los tricampeones mundiales, que no pudieron tomarse revancha de la derrota en la final de la Eurocopa-2008 (1-0).
En ese certamen se quitó de encima el fantasma del campeón mundial Italia, verdadera pesadilla de los españoles, al tumbarlo en los «malditos» cuartos de final de la Eurocopa que se saldó con victoria en los penales (4-2 tras 0-0), aunque el once de Xavi se había impuesto en marzo de ese año en Elche (1-0).
Inglaterra también sufrió el tiqui-tica Xavi-Iniesta en 2009 en el estadio Sánchez Pizjuán, con goles de David Villa y Fernando Llorente (2-0), aunque sus jugadores recuerdan con más cariño el 1-0 en el Old Trafford de Manchester (febrero de 2007), donde se graduaron los líderes de este proceso.
El barcelonista Iniesta ha confesado que allí sintieron que podían «hacer cosas grandes», en un proceso conducido por Luis Aragonés.
Meses después de aquella gesta en Sevilla frente al once de Fabio Capello, España celebró su centenario contra la Argentina de Diego Maradona y Lionel Messi (2-1), que podrían haberse marchado del Vicente Calderón con una goleada en las valijas.
España también quebró rachas negativas históricas, como por ejemplo su triunfo ante Francia en París después de 42 años. «España es un equipo de otro planeta», había elogiado el delantero francés Thierry Henry tras el concierto que dio la Roja de Vicente del Bosque en marzo pasado en el Stade de France.
Además del juego sobresaliente que continúa tras la conquista de la Eurocopa-2008 y la clasificación con pleno de triunfos (10) para Sudáfrica-2010, la Roja conservaba una racha positiva contra todas las potencias y pensaba en Brasil como su última cuenta pendiente.
España no se ha cruzado con la canarinha desde 1999 (empate 0-0 en Vigo), y la generación dorada se quedó con ganas después de frustrarse la final soñada en la Confederaciones-2009, por su despiste en semis ante EEUU.
Sin embargo, en Sudáfrica-2010 Holanda eliminó a Brasil y ahora la espera en la final de Johannesburgo recordándole que es el único grande con el que perdió en su último cruce.
Eso sucedió en 2002 en Rotterdam, donde la Oranje se impuso 1-0 en un amistoso que tuvo desde el arranque a Mark Van Bommel y Puyol. El defensor neerlandés André Ooijer, que hoy tiene un papel de suplente, disputó el segundo tiempo.
Dos años antes, Holanda también ganó (2-1), pero en Sevilla. Estuvieron Casillas, Xavi y Puyol (hizo su debut internacional) por España y Van Bommel por la Oranje.
¿Podrá España seguir rompiendo barreras?