El presidente estadounidense, George W. Bush, se declaró convencido este jueves de que su país todavía puede ganar en Irak, pese a la publicación de un informe de la propia Casa Blanca admitiendo «progresos insatisfactorios» y las crecientes críticas del Congreso.
«Creo que podemos ser exitosos en Irak y sé que debemos (ganar)», aseguró el presidente en una rueda de prensa celebrada después de la publicación de un informe de evaluación de la Casa Blanca que pintó un sombrío panorama en Irak, pese al envío en enero de 30.000 soldados suplementarios a dicho país.
«Se trata de una guerra complicada (…) y si aumentamos nuestros esfuerzos en este momento crucial, podremos adelantar el día del regreso de nuestras tropas a casa», sostuvo el presidente, cada vez más aislado, incluso en su propio Partido Republicano, donde varias voces piden un cambio de estrategia.
El informe de 25 páginas reveló que Estados Unidos logró «avances satisfactorios» en ocho de los 18 objetivos fijados por el Congreso, mientras los progresos han sido tildados de «insatisfactorios» en otras ocho metas y los resultados de las dos restantes fueron presentados como «mixtos».
La publicación del informe dio todavía más fuerza a la oposición demócrata, que controla ambas cámaras del Congreso, para aprobar una propuesta de retirada de las tropas estadounidenses de Irak, donde sufrieron más de 3.600 muertes desde la invasión de marzo de 2003.
Bush advirtió que vetaría una medida de este tipo: «tratar de dirigir una guerra mediante una resolución es una receta para el fracaso», aseguró, pese a que varios congresistas republicanos, como el influyente senador Richard Lugar, pidieron una retirada «en los próximos meses».
El informe de la Casa Blanca, cuya versión definitiva será publicada el 15 de septiembre, criticó a las autoridades iraquíes y su primer ministro Nuri Al Maliki, entre otras cosas por no haber facilitado el acceso a cargos públicos de ex miembros del partido Baas, del ejecutado presidente Saddam Hussein.
En su rueda de prensa, Bush reiteró su confianza en el mandatario iraquí: «no busco excusas, pero es difícil», declaró, al tratar de restar importancia a que el Gobierno iraquí no haya aprobado todavía una ley crucial para la industria petrolera o desarmar las milicias, como destacó el informe.
Para demostrar su compromiso con el Gobierno iraquí y sus aliados de la región, Bush anunció que enviará a Oriente Medio principios de agosto a la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, y el secretario de Defensa, Robert Gates, que anuló una gira latinoamericana esta semana por la publicación del informe.
El documento de la Casa Blanca debe evaluar la situación en Irak tras el cambio de estrategia de Bush en enero, cuando elevó a cerca de 160.000 el número de soldados estadounidenses en dicho país, a pesar de la fuerte oposición demócrata.
Más de cuatro años después ser lanzada con el apoyo del Congreso y de la opinión pública, la guerra en Irak es muy impopular en Estados Unidos.
Según una encuesta publicada el martes, siete de cada diez estadounidenses están a favor de que las tropas regresen de Irak antes de abril del próximo año.
George W. Bush, presidente de EE.UU.