El artista constantemente se queja de la falta de recursos que se tiene para elaborar una obra de arte. En este espacio de contracultura, un reportaje sobre cómo hacer películas con la cámara del celular. (Nota del editor)
Burlescos, militantes, experimentales o comunitarios, los «Pocket films», rodados con la cámara miniatura de un teléfono celular, florecen en el mundo entero: un cine de bolsillo, inventivo y espontáneo, al que el Forum des Images de París dedica un festival.
La tercera edición de «Pocket Films», que se realiza en París del 8 al 10 de junio, programa más 200 minipelículas, ficciones y documentales, procedentes de 30 países distintos.
Estos cortísimos, que en general duran entre uno y tres minutos, son mostrados en pantalla grande o en «árboles de celulares», suerte de enramado del que cuelgan múltiples teléfonos móviles entre los cuales el visitante elige qué película va a ver.
Talleres, debates y encuentros entre profesionales y los cineastas invitados completan el programa del festival.
«Es la manifiestación más importante del mundo dedicada exclusivamente a este tipo de películas. Recibimos miles de los más diversos géneros», declara Benoí®t Labourdette, coordinador del evento.
«Estamos en los comienzos de una gran historia: la de la revolución tecnológica aportada por esta cámara, que es al mismo tiempo su propia pantalla», estima Laurence Herszberg, directora del Forum des Images.
Después del cine, la televisión y la computadora, el teléfono móvil ha hecho nacer una cuarta pantalla, que es al mismo tiempo una cámara que no vacila en ser clandestina, propicia a todos los experimentos de cineastas, artistas y «blogueros» del mundo entero, desde Colombia a Japón, pasando por Togo y Turquía.
A fin de cuentas, un nuevo espacio de creación y de expresión democrática, en las antípodas del «happy slapping» (agresiones filmadas), surgidas también de la telefonía celular.
El Festival es una prueba de ello, con un panorama de filmes de todos los continentes.
De América Latina, Brasil es el país mejor representado, especialmente a través de una docena de filmes realizados en talleres organizados por Arte.mov, festival brasileño de nuevos medios, en las facultades de comunicación, de cine y de diseño de Belo Horizonte.
En el programa figuran numerosas obras de Estados Unidos y Japón, pero también de Africa, continente a menudo ausente en los festivales de cine. Rodados en Togo, Níger o Burkina Faso, muestran la vida cotidiana de grupos humanos ignorados por los medios de comunicación tradicionales.
Esta es una de las tendencias de estas minipelículas, cuya calidad estética aumenta constantemente, la de permitir una forma de expresión ciudadana, social y política.
La manera como el teléfono móvil puede servir a proyectos ciudadanos será objeto de un debate organizado durante el festival, que ofrecerá también lecciones de montaje y talleres.
Finalmente, una sesión especial permitirá apreciar cortos de los cineastas Olivier Ducastel, Solveig Anspach, Alain Fleischer y Marcel Hanoun, interesados por las posibilidades ofrecidas por la minicámara de los celulares.
Periodista cultural francesa. Escribió el presente reportaje para la agencia de noticias AFP.