Platini:


Continuidad. Michel Platini busca la presidencia de la UEFA. Ofrece

Michel Platini, que busca la presidencia de la UEFA (Unión Europea de Fútbol), afirma ser un candidato «de la continuidad», aunque matiza que quiere «redistribuir las cartas» con todas las familias del fútbol, antes de que los «polí­ticos o los hombres de negocios» lo hagan.


La carrera a la elección opone al francés, 51 años, al sueco Lennart Johansson, 77, presidente actual y candidato a su propia sucesión, el 26 de enero en Dusseldorf (Alemania). El cuerpo electoral está compuesto de las 52 asociaciones nacionales de fútbol, con un voto para cada una, que forman la UEFA.

P: ¿Cómo ve el escrutinio?

R: «Nadie, prácticamente, se ha pronunciado, de un lado o de otro. Pero bueno, yo no estoy desde hace 17 años en la UEFA (Johansson fue elegido por primera vez en 1990), por lo que es un poco más grave para Johansson, ya que aparte de la gente a la que dio una plaza de vicepresidente, nadie se ha pronunciado.

P: ¿Qué le inspira la candidatura de su rival?

R: «No comprendo la razón de que haya desconfianza hacia mí­. Todo el mundo sabe que corro para otros. Estoy dispuesto a entregarme. Johansson dijo a todo el mundo que iba a parar, después buscó a alguien para derrotarme y después regresó porque no encontraba a nadie. Todo estaba hecho para que fuera Franz Beckenbauer. Hicieron el congreso (electivo) expresamente en Dí¼sseldorf para ello. Este último ha sido un poco el rehén de todo esto (al final no se presentó). Si yo hubiera pensado que Johansson podí­a seguir… Pero ya no tiene ganas. Regresó por un ’debate de uno contra otro’. Pero de todas maneras nunca hubo debate. Johansson nunca está en Nyon (sede de la UEFA), ni en Bruselas, ni en ninguna parte… Nunca entendí­ la razón de su vuelta atrás. Es muy valiente de su parte, pero la gente que lo empujó no lo es.

P: Desde el inicio, usted tuvo la etiqueta de candidato de la ruptura…

R: «Al inicio, el presidente de la UEFA (Johansson) dijo que yo era ’revolucionario’ y después dijo que no habí­a nada en mi programa… Estoy con la continuidad, pero con mi filosofí­a, que es determinar el futuro del fútbol europeo con todas sus familias. Si no lo hacemos nosotros mismos, los polí­ticos no lo harán. Es mejor redistribuir las cartas con mi filosofí­a, que es la de una regulación más social que financiera, más que con la filosofí­a de polí­ticos u hombres de negocios.»

P: ¿Y si eso ocurriera, cuáles serí­an las consecuencias?

R: «Existe un peligro, como ocurrió en el caso Bosman, determinado por Bruselas. Está también el el proceso en Charleroi, que está en curso y que puede matar a los equipos nacionales. A fuerza de no ponernos de acuerdo todo el mundo y de ser ’aficionados’, en fin no ser ’aficionados’ pero no tener conocimientos, mire donde nos lleva todo. Tengo la intención de escribir, con ayuda de todos, una carta europea que reunirá a empleadores y a empleados bajo el auspicio de las asociaciones nacionales. La negociación será larga, pero más vale discutir todos juntos alrededor de una mesa que ir a los tribunales.»

P: ¿Cómo se puede solucionar todo eso de lo que usted habla?

R: «No hay que olvidar que la derrota forma parte del deporte. En la actualidad algunos no pueden aceptar la derrota porque hay en juego intereses económicos. Puedo comprender un clima pasional, ya que es un deporte excepcional. Pero el problema, ahora, es que las asociaciones sólo viven para los resultados, cuando su objetivo en organizar el fútbol.»

P: ¿Qué opina de las sumas que giran alrededor del fútbol?

R: «No es nuevo. Yo jugué en la Juventus, que era de Fiat. Está Berlusconi en el AC Milan. Pero en esa época funcionaba sobre un modelo de mecenazgo. No veo cómo el fútbol puede ir contra la llegada de inversores, pero lo importante es regular, vigilar, organizar».

P: ¿Qué piensa de los fichajes de jugadores en edad infantil o juvenil?

R: «Es uno de los combates más importantes, donde hay que convencer al mundo polí­tico: la libre circulación sí­, pero no hacer cualquier cosa con los jóvenes jugadores. Deben ser formados para que jueguen, no para venderlos. Algunos jóvenes quieren ser mercancí­as, pero muchos regresan como mercancí­as averiadas».

P: ¿Cuál es su visión de la lucha contra la violencia y el racismo?

R: «Soy partidario de detener un partido si el árbitro o el delegado piensan que lo que está ocurriendo es grave. Es más radical. Es mi filosofí­a. Pero en la práctica, detener un partido puede crear problemas de seguridad, puede haber movimientos de multitudes. Hay que trabajar con los aficionados. No sólo hay delincuentes. Después hay que encontrar soluciones para eliminar a los ’estúpidos’ de los estadios.»

P: ¿Qué pasará tras las elecciones, sea cual sea el resultado?

R: «Esto me ha permitido decir a los cuatro vientos lo que yo habí­a guardado durante mucho tiempo. Ahora todo el mundo conoce mis convicciones, gane o pierda. Si gano es un punto de apoyo. Si pierdo es mi testamento futbolí­stico: he dado mi opinión de qué y cómo debe ser el fútbol.»