Plan Revolucionario de Lecturas de Venezuela


El tema del libro y la expansión de la lectura ha dado muchos jalones de cabellos en los últimos años, no sólo en Guatemala, sino que en Latinoamérica. Es común sí­ntoma que, tras largas dictaduras, los pobladores no se sientan atraí­dos a las actividades intelectuales, ya que el común de los mortales sufrió de una castración de la voluntad de pensar.

Mario Cordero
mcordero@lahora.com.gt

Venezuela intenta cambiar ese modelo; recién acaba de lanzar, hace un mes, su Plan Revolucionario de Lectura, que consiste en la capacitación de cuadrillas que promuevan el libro, además de ofrecer, a través de las editoriales estatales, libros con valor simbólico.

Se realizó una lista de cien libros «esenciales» y se hará un tiraje de dos millones y medio de libros, es decir un tiraje de 25 mil ejemplares de cada uno de la lista de cien.

Me parece que a principios de año (no estoy seguro), el Gobierno de Venezuela también eliminó la ayuda que ofrecí­a a libreros y editoriales para la importación de libros.

En ese contexto, hay libros que llegaron a costar mucho dinero, como ejemplares de «Harry Potter», que alcanzaron más de los 130 dólares estadounidenses cada uno. En consecuencia, el mercado de libros decayó, ante la queja de los libreros.

Los libreros de Venezuela indican que la mayor parte de las ventas de libros son importados, y sobre todo libros de autoayuda, los de Harry Potter y «Quién se ha robado mi queso», como los best seller.

Valga decir que la tendencia en Guatemala es similar. Si se hace un sondeo entre los libreros, estoy seguro que enumerarán a Paulo Coelho, «Harry Potter», Dale Carnegie, «El rinoceronte», entre otros similares.

En cambio, el plan de Venezuela (que sobra decir que está impulsado fuertemente por su presidente Hugo Chávez) contempla libros de «tendencia antiimperialista». Sin embargo, no es del todo cierto, porque también se observan libros, dentro de la lista, como «El Ariel» de José Enrique Rodó, poemas de Rubén Darí­o o novelas de Rómulo Gallegos.

La eliminación de la ayuda para la importación fue justificada por el gobierno venezolano con que habí­a libreros que no estaban utilizando ese dinero para ese fin, y que en cambio desviaban la ayuda para otros fines. Quién sabe.

¿Dictadura de libros? Sin duda, para muchos, este plan de Chávez les sonará como cualquier otra cosa de Chávez, que huele a «dictadura marxista». Sin embargo, yo considero que el plan tiene sus pros y sus contras.

Sus contras, obviamente está que pareciera una dictadura de libros, y que hay alguien que te está obligando prácticamente a leer una lista esencial, y no cualquier libro de libre elección; además, que conseguir otro tipo de libros será más difí­cil por su alto costo. Sin embargo, como dije, no todos los libros pueden ser catalogados como «antiimperialistas», porque se caerí­a en anacrónicas inexactitudes.

Incluso, «Las venas abiertas de América Latina», el regalo de Chávez a Obama, y que muchos lo catalogaron, por ese gesto, como la «biblia antiimperialista», no se encuentra en la lista de cien libros «esenciales» del plan.

Las ventajas de este plan de Chávez está en que ofrece muchos libros, incluso más de lo que lee el lector promedio. Además, los ofrece a precios muy bajos, casi gratis.

Además, los libros elegidos están pensados para formar un criterio amplio, y no, como creen algunos, que para poner lí­mites al pensamiento. No lo sé; creo que es preferible este plan, a continuar con pobladores que no son capaces de leer más de 20 minutos al dí­a. (http://diarioparanoico.blogspot.com)